Por Cristina Brítez
Durante años habíamos oído la frase:
“las guerras del futuro serán por el agua”, cuando la escuchábamos
parecía tan lejana, se correspondía con la realidad de países de otros
continentes y no la del nuestro. Nunca tan acertada y nunca tan próxima,
muy a nuestro pesar.
Argentina
comparte junto a Brasil, Paraguay y Uruguay el Acuífero Guaraní, uno de
los reservorios de agua dulce más grandes del mundo, un bien tan
preciado como escaso en la actualidad y sobre el cual las grandes
potencias mundiales ya han posado sus ojos y han comenzado a delinear
estrategias para lograr su apropiación.
Como siempre y fiel a su estilo Estados Unidos fue una de los primeros países en tomar cartas en el asunto
En años anteriores no habían podido
materializar su presencia de la manera que pretendían, pero con la
aparición de los gobiernos neoliberales en la región- a quienes no le
tiembla el pulso a la hora de resignar soberanía- vieron carta blanca, y
haciendo uso de sus influencias actualmente están más cerca de
concretar sus aspiraciones.
La
película y los fundamentos son repetidos de un manual, ya se ha visto
en todos los lugares a los que han invadido utilizando la fuerza militar
o no. Siempre aparece un justificativo, hasta que finalmente se revelan
que existen intereses ocultos.
En
nuestro caso, intentaron instalar en primer lugar el fantasma del
terrorismo en la triple frontera (Puerto Iguazú- Argentina, Foz de
Iguazú- Brasil y Ciudad del Este- Paraguay). Aseverando que existían
entre las comunidades árabes, células que financiaban actos de los
insurgentes. Como esto quedó desmentido apelaron a otro artilugio, tal
vez más eficiente: el narcotráfico
Si bien es una realidad innegable que no
se nos escapa, llamó poderosamente el interés que demostraron las
fuerzas norteamericanas en intervenir y tomar parte en la problemática.
Recientemente tomo estado público que la DEA pretendía instalar una
“task force” en la ciudad de Posadas-Misiones, con el supuesto fin de
capacitar agentes de las fuerzas de Seguridad nacionales y provinciales
en la lucha contra el narcotráfico.
Diferentes
referentes sociales y políticos, nos manifestamos públicamente en
contra de esta medida, ya que consideramos que se trata de una
militarización encubierta que disfraza las verdaderas intenciones de los
Estados Unidos: sentar bases con miras a ejercer el dominio sobre
nuestros recursos naturales.
Un
nuevo intento, que no hizo más que encender las alarmas sobre algo que
veníamos presintiendo: vienen por el agua, vienen por el acuífero.
En
el año 2010, se dio un gran paso al suscribirse el Acuerdo Sobre el
Acuífero Guaraní entre Argentina, Brasil y Paraguay, en el cual se
manifestaba la soberanía de los mismos sobre este recurso y se
establecían criterios de uso racional y sustentable. El mismo entraría
en vigencia con la ratificación por parte de los países firmantes,
cuestión que lamentablemente nunca sucedió debido a que Paraguay hasta
el día de la fecha no lo ha dispuesto.
En
días pasados, presentamos en la ciudad de Posadas el comité de Defensa
de la Soberanía, en el cual tratamos la problemática del Acuífero
Guaraní. Marcada principalmente por la instalación en la región, de
fuerzas militares extranjeras de manera encubierta con viejas premisas
como la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, con el fin de
apropiarse de nuestros recursos naturales - según denunciamos en el
documento de conclusión que hicimos público.
Es
nuestra obligación como funcionarios, pero más como argentinos,
denunciar e instalar en la opinión pública la delegación de soberanía
que pretenden llevar a cabo los gobiernos liberales de nuestra región,
la gente, nuestros pueblos tienen derecho a informarse, a saber y a
defender nuestros recursos, pequeños pasos en una organización que
tendrá que prepararse para librar una dura batalla futura por la
protección y la integridad del acuífero.
En Brasil ya han trascendido
negociaciones que llevan a cabo multinacionales como Coca Cola y Nestlé
con el gobierno de Michel Temer, a fin de lograr un acuerdo de
explotación del Acuífero Guaraní, de concretarse sentaría un precedente
“espejo” para nuestro país, las consecuencias ya las conocemos.
El
Foro Social Mundial representa una oportunidad magnífica para
visibilizar la problemática a la cual nos estamos enfrentando y en el
cual manifestaremos nuestra firme postura en la defensa de los recursos
naturales, de nuestro Acuífero Guaraní y por sobre todas las cosas de
nuestra soberanía
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