No estamos en el
Sahara. A donde voltee en Venezuela, usted está rodeado por alguna
quebrada, arroyito, río o lago. ¿Entonces por qué tenemos tantos
problemas con el suministro de agua potable? ¿Qué está pasando?
Nuestro país posee una
de las reservas de agua dulce más profusas del planeta: Venezuela está
atravesada por casi mil ríos y la mitad de ellos desemboca en el
Orinoco, el tercero más caudaloso de América Latina. En resumen contamos
con 1.320 kilómetros cúbicos del vital líquido, o lo que es igual
60.300 metros cúbicos de agua per cápita.
Vamos a escribirlo de
nuevo para que lo lea con calma: sesenta mil trescientos metros cúbicos
de agua por persona. Tal vez suena exagerado y se trata de una sencilla
división de la cantidad de agua que tenemos en nuestro territorio entre
la cantidad de habitantes. Sin embargo, a grandes rasgos también implica
que hay suficiente agua para todos los venezolanos.
Pero la realidad es otra: en lo que va de década, los periodos de sequía han golpeado al país con tanta fuerza
que hasta han puesto de rodillas a rezar a ministros. Pero también
queda en entredicho la planificación gubernamental para sortear las
dificultades de tener los embalses debajo de sus niveles óptimos.
Tampoco podemos dejar por fuera que el cambio climático es un fenómeno
real y que los centros urbanos del país están superpoblados y esto
dificulta la distribución del líquido.
En esta edición, explora en Supuesto Negado el Plan Nacional de Aguas 2018 anunciado por el Gobierno. No podemos dejar por fuera la batalla del gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, contra Hidrocentro por las fallas en el servicio. Analizamos cómo la explotación del Arco Minero del Orinoco impacta en las reservas de agua y también qué pasa con el agua en las ciudades más importantes del mundo.
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