martes, 22 de mayo de 2018

PAÍSES QUE SE HAN PROPUESTO VIVIR SIN EFECTIVO




En Venezuela, conseguir efectivo en los últimos meses representa todo un parto, pues toca ruletear por diferentes agencias bancarias para completar el diario que se va en un abrir y cerrar de ojos.
Desde el inicio de la crisis del efectivo en el país, el gobierno venezolano ha intentado implementar medidas para incentivar a la población a disminuir el uso de dinero físico, como la reducción del Impuesto al Valor Agregado (IVA) para pagos con tarjeta de débito, por ejemplo. Pero la procesión por el efectivo continúa.
Hay experiencias en otros países que demuestran que sí se puede vivir sin el tan preciado efectivo. ¿Cómo lo logran?

Del otro lado del charco: locales “cash free

Para 2016, 10 países llevaban la batuta en la disminución del uso del efectivo, bien sea por comodidad o porque el acuñar monedas es sumamente costoso. Entre estos países se cuentan Suecia, Dinamarca y Bélgica, donde salir con la tarjeta de débito o crédito es prácticamente obligatorio.
En el caso de Suecia, los feligreses pagan el diezmo por mensajes de texto, los vendedores informales llevan puntos de venta inalámbricos, y muchos lugares han optado por, simplemente, no aceptar billetes o monedas, por lo que al menos el 96% de la población lleva consigo una tarjeta para pagos electrónicos o un teléfono con aplicaciones para este fin.
Algunas entidades bancarias no dispensan efectivo y tampoco permiten depósitos por esta vía; esto último ha llevado a la disminución de robos a bancos, cayendo de 110 en 2008 a 16 en 2011.
Por su parte, el gobierno sueco se ha beneficiado de esta práctica, debido a que las transacciones electrónicas han permitido hacer seguimiento a los casos de evasión fiscal, lo que se traduce en una mayor recaudación tributaria.
Dinamarca le pisa los talones, pudiendo ser uno de los primeros países que deseche completamente el billete y la moneda para pagar bienes y/o servicios, a tal punto que el gobierno danés ha propuesto, desde 2016, que las tiendas dejen usar cajas registradoras, alegando que sin el efectivo se pueden disminuir los costos que genera manejarlo.
Por su parte, Bélgica ha implementado leyes que sancionan a quienes realicen transacciones en efectivo por más de 3 mil euros, quizás por eso el 93% de los belgas no utilizan el efectivo para sufragar sus gastos.
Otros países: en Reino Unido el pasaje en autobús se cancela con una tarjeta prepago; en Holanda los parquímetros no aceptan monedas; Francia, al igual que Bélgica, pecha a quienes paguen más de 3 mil euros en efectivo y en Alemania, a través de un teléfono inteligente que lea un chip EMV (Europay MasterCard Visa), el comerciante recibe pagos por tarjeta de débito y crédito.

En América no sucede con el mismo impacto

Tanto en el norte como en el sur del continente americano, se ha intentado reconsiderar el uso de monedas y billetes por su alto costo de fabricación, como es el caso de Canadá, que en 2013 decidió dejar de distribuir monedas de un centavo para ahorrar USD 11 millones al año.
Pero su vecino, Estados Unidos, está muy lejos de conseguir esta meta, pues aunque las transacciones para pagos electrónicos sí han ido en aumento, al menos el 47% de los pagos aún se hacen con efectivo y tan sólo el 72% de la población maneja una tarjeta de débito.
Pero más al sur, específicamente en Ecuador, en 2014 el entonces presidente de este país, Rafael Correa, quiso garantizar el acceso a toda la población ecuatoriana al manejo de dinero electrónico debido a que, para ese entonces, el 40% no tenía acceso a una cuenta bancaria, pero el 100% de los hogares sí tenían un teléfono celular.
El Banco Central de Ecuador fue el ente encargado de gestionar el sistema bancario-telefónico que permite hacer transacciones entre usuarios, compras directas en locales comerciales y pago en el transporte público o privado. En tres meses logró la apertura de 25 mil cuentas.

Pero no todo es color rosa

Como todo, este método tiene también sus detractores. Expertos financieros aseguran que el dinero físico como lo conocemos hoy, es sinónimo de privacidad e inclusión de todos los sectores de la sociedad.
Dominic Frisby, un inglés estudioso de las finanzas, asegura que, aunque es inminente la disminución en el uso de billetes y monedas por el avance de las tecnologías, no debe erradicarse por completo esta modalidad de pago.
Opina que los pagos en línea atentan contra la confidencialidad de los datos suministrados por una persona a la hora de ejecutarlos.
Sin embargo, planteó opciones para resguardar las finanzas personales y tenerlas fuera de la vista del “Gran Hermano” financiero, a través del uso de las criptomonedas y otras formas de dinero digital.
Otros, sostienen que las plataformas desarrolladas para la implementación de pagos electrónicos, son sumamente costosas, sobre todo para pequeños y medianos comerciantes.
Entonces, ¿está Venezuela preparada cultural y tecnológicamente para migrar por completo a la moneda digital?

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