En Venezuela el Presidente o Presidenta
de la República se elige constitucionalmente de manera directa, secreta y
universal. Resulta ganador o ganadora quien obtenga la mayoría simple
de votos. En Venezuela el voto no es obligatorio.
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La Patria esta primero. La Patria vencerá! |
El 10 de enero, fecha prevista en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de este año 2019,
Nicolás Maduro se juramentó ante uno de los órganos establecidos en la
Carta Magna, el Tribunal Supremo de Justicia y desde ese día está en
ejercicio de sus funciones.
El 23 de enero de 2019, el diputado Juan
Guaidó se autoproclamó de manera inconstitucional como Presidente
encargado de la República, en una calle, ante una manifestación pública.
¿Por qué decimos de manera inconstitucional?
Porque no estamos ante ninguno de los supuestos previstos en la Constitución, para declarar una falta absoluta.
Porque en el caso de que se produzca una falta absoluta, estando ya en ejercicio el Presidente o la Presidenta, como es el caso actual, le toca asumir al Vicepresidente o Vicepresidenta de la República, hasta tanto se convoquen a nuevas elecciones.
Porque en ninguna caso nadie, en el
marco de la Constitución, puede asumir un cargo de mandatario para el
cual no fue electo o tal cargo no exista legalmente, como es el caso la
supuesta “Presidencia interina”.
La única manera de asumir la Presidencia
de la República, al margen de lo previsto en el texto constitucional,
es mediante un procedimiento de facto, es decir un Golpe de Estado, que
para consumarlo y ese gobierno se convierta en fuente de derecho extra
constitucional, se debe tener una correlación interna de fuerzas
políticas y/o militares favorables, que Guaidó ni nadie de la oposición
tiene. Por lo tanto, estamos ante un precario intento de usurpación de
la Presidencia de la República, por parte del referido diputado y de
quienes lo acompañan en esta peligrosa locura.
Hago está introducción, para que todos y
todas podamos comprender que el foco del conflicto no está en la
fallida autoproclamación del referido diputado, que la gravedad del
desafío que tenemos radica en que el Presidente Donald Trump, actual
líder del gobierno belicista de una de las principales potencias
militares del mundo, lo ha reconocido como “Presidente interino” y
quiere imponernos, con sus “socios”, un gobierno, por encima de nuestra
soberanía nacional.
Por eso hablamos de desafío histórico.
Para los venezolanos y venezolanas, hijos e hijas del sacrificio del
Padre Libertador Simón Bolívar y de más de la mitad de la población que
murió luchando, en las primeras décadas del siglo XIX, por nuestra
Independencia, aceptar un Presidente impuesto desde el extranjero es
renunciar a tener la Patria que él y su generación nos legara.
No aceptar este agravio histórico y defender nuestra dignidad nacional es un deber, que pasa por tomar conciencia del tamaño de la agresión que está en desarrollo. No es un juego. Los imperios no juegan en broma. Juegan duro y sin reglas.
No aceptar este agravio histórico y defender nuestra dignidad nacional es un deber, que pasa por tomar conciencia del tamaño de la agresión que está en desarrollo. No es un juego. Los imperios no juegan en broma. Juegan duro y sin reglas.
En tal sentido debemos aprender las
lecciones de la historia de los pueblos que le ha tocado confrontar la
agresión norteamericana.
La primera gran victoria contra este
Imperio es evitar que te lleve a la guerra y a la destrucción, sin
renunciar a tu dignidad como Nación. Se trata de encontrar los
mecanismos y caminos para diferir o evitar la confrontación final,
preservando lo fundamental del proyecto nacional.
En tal sentido respaldamos plenamente
los esfuerzos por seguir tendiendo puentes hacia el dialogo y el acuerdo
político del compañero Presidente Nicolás Maduro, acompañado en este
empeño por la actitud patriótica y responsable de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana de Venezuela, expresada en el histórico y
concienzudo documento leído por el Ministro de la Defensa, General en
Jefe, Vladimir Padrino López junto a toda la superioridad militar, el
pasado 24 de enero de este año 2019.
Cuba es un buen ejemplo de cómo se gana
la paz, con dignidad, frente a los imperialistas. Necesario es seguir
oyendo al Comandante Fidel, “…a los yanquis se les confronta, no se les
provoca”. Decimos nosotros, en la historia claro está que es con
valentía, inteligencia y audacia, no con bravuconadas, como se puede
derrotar tamaña agresión imperial.
De lo primero Vietnam es un paradigma.
De lo segundo, la experiencia panameña y más recientemente la de Libia,
son malos ejemplos. La suerte personal de los dirigentes no puede
comprometer la suerte de la Nación, del pueblo y de su proyecto
histórico.
Llegada la hora, el pueblo y sus cuadros
no se deben inmolar innecesariamente. La Patria requerirá de sus
mejores hijos e hijas para una larga resistencia y su posterior
renacimiento. Para ello los revolucionarios y revolucionarias tenemos
que planificar, cada quien en su territorio, y no improvisar.
Yo estoy seguro, que esta generación de
venezolanos y venezolanas con inteligencia, serenidad y madurez
ganaremos la paz con dignidad. Dios mediante así será. Y como lo
pronosticó nuestro Comandante Chávez, Venezuela emergerá libre, soberana
y prospera hacia el porvenir.
La historia no absolverá a los y las
“guaidos” ni a nadie que de manera irresponsable ponga en juego la vida
de Venezuela como Nación. ¡La Patria está primero, la Patria vencerá!
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