Por Carola Chávez
Oooootra vez
el suicidio. Otra vez la esperanza de marketing, las imágenes con
photoshop de falsos héroes encapuchados luchando por una libertad que
nadie les ha quitado, entre ángeles y banderas. Otra vez se oye la
pavosísima “Color Esperanza” sonando en algún apartamento de El Cafetal.
Otra vez la estampitas de la Virgen Dorada de Altamira llorando
lágrimas de sangre sobre una bandera siete estrellas. Otra vez la
pancarta que dice: “Mamá, salí a luchar por Venezuela, si no regreso es
que me fui con ella”. Otra vez la nota en la puerta de la consulta
médica: “Hoy (día de la marcha) solamente atenderá a una paciente que se
llama Venezuela”. Otra vez la nazicursilería.
Otra vez el atajo, el inmediatismo que ya lleva 20 años y nada.
Otra vez un el hoy es el día, hoy sí que sí. Otra vez el chavismo no
existe. Los más de 6 millones de venezolanos que votamos por Nicolás
Maduro el 20 de mayo no contamos. Otra vez exigiendo elecciones, como
las pidieron y las hicimos, precisamente aquel 20 de mayo y que otra vez
desconocieron, como han desconocidos todas la elecciones que ha ganado
el chavismo.
Otra vez los títeres, otra vez el titiritero
extranjero. Esta vez el vicepresidente gringo y un senador cara de tabla
vueltos locos tuitando un guión que detalla cada paso del nuevo plan
golpista, que no es nuevo porque “se parece igualito” al del 11 de abril
pero más descarado. Otra vez la arrogancia del grandote acosador,
pretendiendo doblegar al que supone más débil… ¿más débil?. Otra vez la
legalidad internacional - si es que eso existe- usada como papel tualé
de en el Departamento de Estado. Esta vez un intento desesperado de un
gobierno paralelo, otra vez los arrastrados que se prestan (se venden)
al juego… ya veremos…
Otra vez, lo que es bueno para la pava no
es bueno para el pavo. Lo que en en los EEUU y en Europa serían delitos
graves, en Venezuela son actos libertarios que deben ser tolerados. Otra
vez la doble moral que permite que el gobierno colombiano, con su
reguero de sangre de sus falsos positivos, sus de líderes sociales
exterminados sistemáticamente, hable de violación de derechos humanos en
Venezuela. El doble rasero que convierte a una bestia como Bolsonaro el
adalid de la libertad.
Otra vez la vergüenza que no tienen y la
estupidez que les sobra a esos venezolanos que ruegan que vengan los
gringos y nos arrasen, creyéndose el cuento que ellos no serán
arrasados. Y un caricaturista “decente y pensante” dibuja La Estatua de
la Libertad sosteniendo nuestra bandera, sin la estrella guayanesa, eso
sí.
Otra vez “que bajen los barrios,
malditos-negros-de-mierda-con-bozal-de-arepa-que-no-quieren-trabajar-sino-que-les-den-todo-regalado”.
Otra vez “soldado, escucha, únete a mi lucha,
enchufado-parásito-maricones-putas-toma-tu-puputov-coñuetumadre…” Otra
vez, “hermano chavista, tu peo es mi pero,
lamebotas-arratrado-a-ver-dónde-te-vas-a-meter” Otra vez los insultos,
la amenazas, el clásico la campaña de odio y miedo que pretende
quebrarnos y que no quiebra nada sino que une y fortalece más y más.
Otra vez escribiendo sobre lo que tanto he escrito, otra vez el mismo
plan, otra vez el mismo dolor en el alma, porque esos planes siempre
traen muerte, porque sin muertos no hay show para el mundo. Otra vez mi
país en la mira canalla de los buitres. Otra vez nosotros resistiendo.
Otra vez con la certeza de que por dura y larga que sea esta batalla,
nosotros venceremos.
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