Por Fabio Zuluaga
Desde hace años se escuchan las quejas, denuncias y protestas por la falta de agua en Venezuela. No solo en Caracas, sino en lugares tan inverosímiles como Puerto Ordaz, nuestra “tierra entre dos ríos”.
El problema es tan grande en ciertos estados del país que incluso el polémico gobernador Lacava, en un ataque sin precedentes de un funcionario chavista a otras instituciones públicas, llamó a Hidrocentro “la peor plaga que he combatido”.
El problema del agua es incomprensible e imperdonable, desgraciadamente no es exclusivo de Venezuela.
Solo nuestras abundantes fuentes de agua nos han salvado de estar peor, pues una tendencia global de crisis del agua potable está atacando regiones como California o Sudáfrica.
¿Qué es lo que está pasando?
Día cero
Como en una película apocalíptica, el mundo se enteró hace poco que Ciudad del Cabo está en riesgo de quedarse sin agua potable.
El crecimiento poblacional, unido a varios años de sequía o
bajas precipitaciones, ha llevado a Ciudad del Cabo, una de las ciudades
más importantes de África, a esa situación. Incluso, cuando
empiece a llover, a partir de mayo, pasarán meses antes de que los
embalses y acuíferos empiecen a llenarse de nuevo, y años antes de que
recuperen el nivel.
A los vaivenes de la naturaleza se une, por supuesto, el calentamiento global. Pero, aunque la naturaleza no puede ser gobernada, sí se pueden prevenir estos desastres.
La población de Ciudad del Cabo culpa, con toda razón, a los gobernantes locales y nacionales que emprendieron muy tarde y muy lento obras como un embalse en el río Berg, elevación de muros en las reservas existentes y un proyecto para desalinizar el agua del mar.
El problema es que la gente empeora las cosas, en vista de que prácticamente nadie cumple con el racionamiento de agua.
Tenemos tres factores que veremos repetirse en todo el mundo:
- Mayores sequías.
- Más población.
- Deforestación y contaminación.
- Pocas previsiones.
Las 11 del patíbulo
Según expertos de la ONU, para el año 2030 la demanda global de agua potable sobrepasará el suministro en 40%. Para decirlo claro y raspao, habrá mucha menos agua de la que necesitamos.
Todo esto gracias a un cóctel de factores: cambio climático, la acción humana (es decir, la destrucción del ambiente) y crecimiento demográfico.
Hoy por hoy, más de 1.000 millones de personas no tienen acceso al agua y 2.700 millones les falta al menos un mes al año.
BBC ha realizado un interesante reportaje sobre las once ciudades del mundo que se encuentran en riesgo de quedarse sin agua.
Entre estas destacan:
São Paulo
En 2015 su principal embalse cayó por debajo de 4% de capacidad.
Llegaron a quedar con menos de 20 días de suministro de agua y los
camiones que transportaban el vital líquido requerían escolta armada.
Las autoridades culparon a una sequía que afectó el sureste de Brasil
pero la ONU criticó a las autoridades por la “falta de planificación e
inversión”.
Pekín
En 2014, cada habitante de Pekín recibió solo 145 de los 1000 metros cúbicos de agua que se consideran necesarios.
Con 20% de la población mundial, China cuenta con 7% del agua potable
del planeta. La contaminación extrema hace el resto del trabajo.
El Cairo
El río Nilo es la principal fuente de agua de Egipto, con el 97% del vital líquido, pero es también receptor de ingentes cantidades de desperdicios agrícolas y humanos.
Esta masiva contaminación es la causa de una crisis: según la
Organización Mundial de la Salud, Egipto está catalogado como uno de los
países con más alta tasa de muertes relacionadas a la contaminación de
agua y se espera una escasez crítica para 2025.
Moscú
Al revés que China, la cuarta parte de las reservas de agua dulce del
mundo están en Rusia, pero la contaminación causada durante el periodo
soviético es enorme. Esto afecta a Moscú, ciudad en la que las
autoridades reconocen que entre 35% y 60% de todas las reservas de agua potable están contaminadas.
Ciudad de México
Uno de cada cinco habitantes de esta ciudad tiene agua solo unas horas al día y 20% tiene agua corriente durante parte del día.
La ciudad importa 40% de su agua desde fuentes lejanas y no cuenta con
la infraestructura para el reciclaje. La pérdida de agua debido a
problemas en las tuberías se estima en 40%.
Miami
El agua del Océano Atlántico ha contaminado el acuífero de
Vizcaya, la principal fuente de agua dulce de esta ciudad muy lluviosa
donde no debería haber problemas de suministro. El agua es salada desde hace más de 70 años porque el nivel del mar está subiendo más de lo esperado.
Como podemos ver, la ecuación se repite en todas partes: más gente, más contaminación y más calor es igual a menos agua.
Súmenle a eso las pocas previsiones y el resultado es desastroso.
Las previsiones van desde las más globales, requeridas para
darle un parao al calentamiento global y la deforestación, hasta las
locales, construcción de nuevas infraestructuras.
Pero la cosa también incluye un nuevo uso del agua: menos desperdicio, más reciclaje y reforestación. Nuevos hábitos y nuevas tecnologías.
La pelota la tienen los gobiernos que son los que tienen que empezar a actuar, pero en última instancia es la gente la que tiene que presionarlos para que lo hagan, y más difícil aún, aprender a vivir de otra manera.
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