En tiempos de balcanización global, con el Imperio del Caos estadounidense en plena debacle y en disputa geopolítica con el bloque euroasiático, Colombia se insertar en el escenario latinoamericano y caribeño como "socio global" de la OTAN, entidad (liderada por Estados Unidos) responsable de muchos de los desastres "humanitarios" en Europa oriental, África y Medio Oriente en las últimas décadas.
¿Qué es la OTAN?
El 4 de abril de 1949 se firmó el Tratado del Atlántico Norte,
también conocido como el Tratado de Washington, que unía a 12 países
fundadores, a saber: EEUU, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia,
Islandia, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos, Noruega, Portugal y el
Reino Unido, en una sola organización de cooperación militar, mejor
conocida en español como OTAN.
Cabe destacar que la mayoría de países que se unieron a la OTAN luego
del desmantelamiento de la Unión Soviética en 1991, formaron parte del
llamado Pacto de Varsovia fundado el 14 de mayo de 1955 como respuesta a
la organización atlantista, ya que significaba, en el marco de la
Guerra Fría, una amenaza militar al denominado bloque comunista del este
europeo y parte de Eurasia.
La OTAN nació en un contexto de altas tensiones entre EEUU y la Unión
Soviética, con la guerra frontal siempre a la vuelta de la esquina, por
lo que las alianzas multinacionales de cada bando en ese momento
contribuyeron a neutralizar ese tipo de confrontación, aunque jugaron un
papel importante en lo que sería conocido como la Guerra Fría, de
confrontación bélica indirecta, política, económica, cultural, en
diferentes puntos del planeta, incluido Latinoamérica.
Un factor importante de la OTAN es que respalda activamente el mantenimiento de armas nucleares, bajo su responsabilidad, ya que supuestamente favorece a la paz mundial.
Estructura y operatividad de la OTAN
Esta organización mantiene un comando central permanente e integrado
en el que el personal militar y civil de todos los países trabajan de
manera colectiva. Los dos comandos estratégicos de la OTAN se encuentran
en Bélgica y EEUU, los comandos de fuerza conjunta en los Países Bajos
(Holanda) e Italia, el comando aéreo en Alemania, el comando de tierra
en Turquía y el comando marítimo en el Reino Unido.
El más importante artículo del tratado es el número 5, pues reza que:
"Las Partes convienen en que un ataque armado contra una o varias de
ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un
ataque dirigido contra todas ellas". El artículo 5
sólo fue invocado una vez como consecuencia de los ataques (de bandera
falsa) en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001, en el que
los aliados de la OTAN asistieron a dos operaciones militares en
Afganistán.
La organización se preserva como una entidad netamente política y
militar, por lo que operaciones de inteligencia y contrainteligencia son
usuales, así como actividades relacionadas al terrorismo, el
narcotráfico, distintos operativos ilícitos y defensa integral de sus
miembros.
En teoría, los países que conforman la OTAN deben gastar el 2% de su PIB en defensa militar. Para este año 2018, sólo cinco de ellos llegaban o contribuían por encima de esa cifra.
También, la OTAN mantiene relaciones con otros países y
organizaciones internacionales como la Organización de Naciones Unidas
(ONU, con la que mantiene una más que estrecha relación), la Unión
Europea (UE) y la Organización para la Seguridad y Cooperación en
Europa. Desde 2005, la Unión Africana ha recibido apoyos de la OTAN. Y
la organización tiene socios y aliados tanto en Medio Oriente como en
Asia y América Latina (Irak, Pakistán, Japón, Corea del Sur, etc.), con
los cuales tiene acuerdos bilaterales y algunos son "socios globales".
El acuerdo Colombia-OTAN
La novedad consiste en que se firmó, no un acuerdo bilateral, sino uno de seguridad. Llamado Acuerdo de Seguridad de la Información
entre Colombia y la OTAN, se firmó el 25 de junio de 2013 entre el
vicesecretario general de la organización atlantista, Alexander
Vershbow, y el ministro de Defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón. Desde
entonces, los ministerios de Defensa y de Relaciones Exteriores de
Colombia enviaron un proyecto de ley para ratificar la alianza al Congreso de su país.
En ese mismo año, Colombia participó en la Conferencia de la OTAN
con una ponencia sobre la construcción de la integridad militar, y,
según la misma organización el país sudamericano supuestamente podría
contribuir a la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo
internacional.
A su vez, el ejército colombiano intercambiaría con la OTAN
insumos de inteligencia, así como gestiones a las prácticas en
operaciones "humanitarias", lo que equivaldría a un fortalecimiento
militar de cara a los objetivos del país latinoamericano.
El acuerdo no permitía que Colombia se pudiera convertir en miembro
pleno de la OTAN por consideraciones geográficas y de orden
administrativo, y tampoco admite el despliegue de tropas extranjeras
(salvo las estadounidenses, como lo es de facto hoy) en suelo
colombiano. Eso en teoría.
Este acuerdo fue transformándose en el tiempo, hasta que el 18 de mayo de 2017 se llegó a la formalidad de que Colombia podía convertirse en un "socio global"
de la alianza atlantista como ya lo son Mongolia, Japón, Afganistán y
Nueva Zelanda, por ejemplo. Sería el primero en América Latina.
¿Qué significa ser un "socio global"?
Acuerdos bilaterales se han firmado entre la OTAN y países latinoamericanos. La relación con Argentina, por tomar un ejemplo, ha sido muy estrecha: en 1997 fue nombrada por la Administración Clinton "aliada importante extra-OTAN", un estatus que comporta colaboraciones importantes en diferentes áreas militares. Incluso, los argentinos han llevado batallones a otros países
en operaciones "humanitarias" de la OTAN en Croacia, Haití, Angola,
Mozambique, Guatemala, Kuwait, Líbano, Chipre, a lo largo de la década
de 1990.
Pero sociedades de ese tipo son menos profundas que la categoría de
"socio global", que compone otras características. Significa,
básicamente, un enlazamiento íntimo entre el país y la estructura de la
OTAN, que abarca la mayoría de las áreas militares en estrecha
colaboración.
Efectivamente, desde 2013, Colombia y la OTAN han participado en una
Iniciativa de Construcción Integral en limitadas áreas como "educación
militar y entrenamiento, seguridad marítima, buena gobernanza e
integridad constructiva", según la página oficial de la alianza.
Para ello, Colombia ha permitido que la OTAN trabajase en profundidad
en la institución militar local, y ha llevado a su personal
correspondiente a cursos de la escuela de la OTAN en Oberammergau
(Alemania) y al Instituto de Defensa de la OTAN en Roma (Italia) desde
2013. Colombia asimismo ha participado en numerosas conferencias
militares de alto nivel relacionadas a la organización atlantista.
En 2015, Colombia apoyó operaciones navales de "contrapiratería" de
la OTAN en el Cuerno de África, según el mismo portal de la organización
multinacional.
En el futuro, ya con el país latinoamericano como "socio global",
podría participar en operaciones y misiones lideradas por la ONU, con
asesoría de la OTAN a las fuerzas armadas colombianas según los
estándares y normativas de la organización.
Implicaciones geopolíticas en América Latina
Tomando en cuenta que Colombia está íntimamente vinculada a la
estructura e infraestructuras del Pentágono, con nueve bases militares
estadounidenses en su territorio, y una nueva doctrina militar que estrecha las relaciones y visiones entre las fuerzas armadas colombianas y las de Washington.
Sabiendo de antemano que el plan del Pentágono
consiste en caotizar el planeta entero, destruyendo Estados-nación y
sociedades enteras, para reorganizarlo en dos principales áreas
geoeconómicas políticas, el Norte y el Sur (en rojo en el mapa a
continuación), constituyendo así una nueva visión no sólo militar de
EEUU sino del desenvolvimiento global de las relaciones internacionales,
podemos sugerir que Colombia se inserta como principal pivote
latinoamericano de una estrategia que pretende imponer a las élites
occidentales como el "gendarme necesario" de una región en disputa
geopolíticamente por otros actores de gran peso. Nos referimos, por
supuesto, a Rusia, en el aspecto político-militar, y China, en lo
económico-financiero.
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La OTAN, liderada desde su origen por EEUU, ha tomado parte de esa
misma estrategia en varias partes del mundo: en la balcanizada
Yugoslavia (Europa del Este), en Libia (África), en Irak y Siria (Medio
Oriente). Las operaciones militares "humanitarias" en los primeros dos
países terminaron en desastres distópicos en los que gobiernan las más
diversas actividades delictivas y de degradación humana y cultural, y la
partición oficial o de facto de sus territorios en poderes
multinacionales o terroristas, en beneficio de la eliminación de las
fronteras. En Siria fracasó el plan, luego de siete años de guerra, aun
con el apoyo de la alianza atlántica a grupos terroristas en Medio Oriente y a los ataques de EEUU a Damasco.
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Si tomamos en cuenta la actitud beligerante de Colombia contra Venezuela y Ecuador (recordar el incidente militar-diplomático en 2008),
y sobre todo con relación al gobierno de Nicolás Maduro, es posible
dilucidar que la OTAN apoyaría los esfuerzos militares de Colombia en su
papel como miembro activo del Grupo de Lima.
La otanización de Colombia, en su figura de "socio global", podría
darle un carácter de "regularidad" y apoyo logístico a las células del
paramilitarismo colombiano en la frontera colombo-venezolana, lo que
ajustaría el pivoteo pre-bélico del vecino país con relación a
Venezuela. En una analogía respecto al conflicto sirio, decíamos en 2013
que "Colombia jugaría a cabalidad contra Venezuela el mismo papel que
Turquía (antes de la negociación con Rusia e Irán) juega contra Siria:
el de cabeza de playa para variopintos 'frentes armados' apoyados
logística y militarmente por los países de la OTAN".
El mismo Gobierno venezolano hizo público en un comunicado de 2016
el rechazo a la integración de Colombia a la OTAN: "El Gobierno
venezolano se opone firmemente ante el intento de introducir factores
externos con capacidad nuclear en nuestra Región, cuyas actuaciones
pasadas y recientes reivindican la política de la guerra, violentan
acuerdos bilaterales y regionales de los cuales Colombia forma parte
(Unasur, Celac), a través de los cuales se declaró a América Latina y el
Caribe como Zona de Paz".
Además, sería un "ejemplo a seguir" para el resto de socios
estadounidenses en la región, como Argentina, Brasil, Chile, Perú,
Panamá (en resumen, el Grupo de Lima), ya que esta asociación militar
tiene implicaciones en las diferentes operaciones supuestamente
antiterroristas y "humanitarias" que llevan a cabo actualmente EEUU y la
OTAN en el resto del globo.
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