
EsCartel de la Unidad Popular, Salvador Allende, 1973. En: http://simbolospatrios.clcribir una leyenda
Como Hidra de Lerna el fascismo se alzó
contra muchos pueblos durante el siglo XX. Y aunque se creyó sepultado
una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, el profesor Luis Navarrete
afirma que en el siglo XXI ese monstruo no solo “sigue vivito y
coleando”, sino que además “en cada momento que emerge de sus
nauseabundas aguas muestra rostros diferentes”.
Navarrete, autor del texto El fascismo, vanguardia extremista del capitalismo, abordó el tema durante su participación, el 22 de junio, en la Cátedra de Historia Insurgente Federico Brito Figueroa.
Según el profesor una de las primeras
caras de esta ideología se halla en las doctrinas que postulan
principios como el corporativismo de Benito Mussolini, el nacional
socialismo nazi o el nacional-integrismo falangista español. Los cuales
“han sido sus concreciones históricas más conocidas y, además, la que
más han influido en América”.
EN EL PODER Y EN LA OPOSICIÓN
Como Hidra de Lerna al fascismo también
le brotan dos o tres abezas por cada una que se le amputa. Es decir,
esta ideología no solo se puede ejecutar desde el poder, también es
posible hallarla en la oposición.

Manifestación en Santiago de Chile. En: http://www.patriagrande.com.ve
Navarrete explica que el fascismo es
“una variante extrema de la cosmovisión burguesa”. Y esta se puede
expresar a través de un régimen, de un gobierno o de un modo de ejercer
el poder o de hacer política.
En el caso del fascismo en el poder, el
profesor habla sobre las fórmulas italiana y alemana –Mussolini y
Hitler– como “los modelos clásicos que marcaron la historia del
fascismo mundial”.
PARA BORRAR EL MAL EJEMPLO
En América Latina esta doctrina cobró
mayor fuerza durante el segundo período de las dictaduras militares; es
decir, entre las décadas del 60 y 70. A decir de Navarrete, esto ocurrió
por la necesidad de los grupos hegemónicos de “borrar de la mente los
malos ejemplos de la Revolución Cubana y la reincidencia del socialismo
con Allende”.
Para eso, “se requería la implantación
de algo más que una simple dictadura”. Había que incorporar los
ingredientes de la ideología más extremista del capitalismo “junto con
los método terroristas más extremos contra todo el espectro político
progresista y revolucionario”.
- Respecto al fascismo en la oposición, Navarrete sostiene que se debe analizar tanto por regiones como por etapas. En el caso específico de Chile, acota, la confrontación fue muy violenta: cuando salían de sus actos de masa los obreros, los grupos socialistas y comunistas, “las brigadas fascistas –más bien nazistas– provocaban enfrentamientos de extremada violencia”.
HIJO DE LA OLIGARQUÍA
Navarrete sostiene que “el fascismo
nace y se desarrolla históricamente como respuesta radical y agresiva
contra todo proceso revolucionario en auge”. Explica que cuando los
grupos revolucionarios llegan al poder, “el fascismo orienta toda su
acción a liquidar ese gobierno”. Para eso utiliza todos los medios a su
alcance, “en particular, la violencia terrorista”.

El fascismo, argumenta el profesor,
“es la variante extrema, más radical, del capital monopólico
internacional”. Sus funciones primordiales son “tratar de detener o
anular situaciones de auge revolucionario que pongan en peligro su
hegemonía” y “conspirar para deponer gobiernos revolucionarios anticapitalistas”.
HAY QUE AISLAR EL NEOFACISMO
En ambos casos “se caracterizan por
formas sumamente violentas que implican la violación flagrante de los
derechos humanos, sociales y políticos”. Parte de su estrategia es hacer
notar sus métodos violentos y extremos “para que sirva de escarmiento” y
no quede duda de que “aunque haya que violar la legalidad demo-
crática, lo volverían a ejecutar igual o peor si la situación lo justifica”.
crática, lo volverían a ejecutar igual o peor si la situación lo justifica”.
Navarrete enfatiza que el fascismo no es
un sistema económico-social diferente al capitalismo. Se trata de “su
fachada más radical y extremista”. Asimismo, no duda de que en Venezuela
la oposición ha logrado hegemonizar “un contingente neofascista”. Por
lo que considera inminente asumir el reto de “conocerlo, estudiarlo,
desnudarlo, denunciarlo y, en definitiva, neutralizarlo y aislarlo”.
- A su juicio, los nuevos historiadores tienen un rol fundamental en esa tarea: “Estudiar concienzudamente este fenómeno del presente y entregarnos herramientas para enfrentar con mayor seguridad al neofascismo, que es, en estrecha alianza con el gran imperio, el enemigo fundamental de nuestra democracia revolucionaria”.
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