miércoles, 10 de octubre de 2018

CUANDO LAS MENTIRAS MATAN, PORQUE NO DEBEMOS REPETIR NOTICIAS QUE NO CONFIRMAMOS EN LAS REDES

¿Una fake news hizo que dos inocentes fueran quemados vivos?

Una noticia falsa convenció a la población de Acatlán de Osorio, en el estado mexicano de Puebla, de un hecho terrible que no ocurrió, pero que se creyó y difundió por redes sociales. Entonces hubo muertos reales injustamente ejecutados.

Por Javier Brassesco


(Septiembre  28, 2018). Un reciente caso en México ilustra a la perfección el peligro de las noticias falsas y de enviar o reenviar por Whatsapp noticias que no hemos confirmado.
Lugar: comunidad San Vicente de Boquerón, municipio Acatlán de Osorio, en el estado mexicano de Puebla. Fecha: 29 de agosto de 2018. Ese día una maestra del pueblo ve a dos hombres extraños tomando cerveza fuera de su camioneta. Sin ninguna prueba, por instinto, pensó que era unos secuestradores de niños. Les tomó una foto y la envió a su grupo familiar de Whatsapp identificándolos como “robachicos”.
La noticia se difundió rápidamente por el pequeño pueblo y hasta una patrulla llegó al lugar y detuvo a Alberto Flores Morales, de 56 años, y su sobrino Ricardo Flores Rodríguez, de 21, por tomar en la vía pública.
Pero los lugareños comenzaron a rodear la comandancia de policía, donde estaban detenidos estos dos hombres, y comenzaron a exigir que les entregaran a los “secuestradores”. Casi doscientas personas llegaron a la comandancia a pedir “justicia”.
Incluso una persona llamada Francisco Martínez, quien se autodenomina “periodista del pueblo”, comienza una transmisión por Facebook Live convocando a los habitantes del pueblo a la comisaría. “Gente de Acatlán de Osorio, apoyen, apoyen porque créanme ahorita aquí están los secuestradores”.  Filma la camioneta de los dos detenidos, enfoca las latas de cerveza vacías, y como prueba de que eran secuestradores filma unas cadenas que estaban en la parte de atrás del vehículo.
Alberto Flores Morales, de 56 años (derecha), y su sobrino Ricardo Flores Rodríguez, de 21 años, a pocos minutos de ser linchados. Foto tomada por un poblador y publicada en redes sociales.
Finalmente la enfurecida poblada logró hacerse de los presuntos secuestradores y luego de golpearlos hasta el cansancio los rociaron de gasolina y les prendieron fuego cuando todavía estaban vivos. En un principio, varios medios titulan así la noticia, hablando de “presuntos secuestradores”.
Todos estos hechos fueron transmitidos por Facebook Live, y allí la propia madre de Ricardo pudo ver cómo quemaban a su hijo. Incluso llega a pedir clemencia en uno de los comentarios hechos durante la transmisión en vivo: “Él es mi hijo no le hagan daño por favor, él no es ningún secuestrador él es de Tianguistengo junto con su tío, ingratos por qué quemaron su camioneta si ellos no son secuestradores soy madre, tiéntense el corazón por favor. Él es mi hijo, no le hagan daño por favor son de Tianguistengo”.

Solo unos campesinos

La fiscalía general de Puebla investigó los hechos y a los pocos días dio a conocer el resultado de sus pesquisas: se trataba de dos campesinos (el joven además era estudiante de Derecho) y no participaron en ningún delito. Inicia entonces una investigación, que sigue en curso, por homicidio calificado.
La policía de estatal se disculpó y explicó el hecho como un terrible error:

 Al final quedó claro que el único pecado de Alberto Flores y su sobrino Ricardo fue haber tenido la mala idea de pararse en ese pueblo a tomar unas cervezas mientras llevaban unos materiales de construcción. Su espantosa muerte (golpeados y luego quemados vivos) la provocó una sospecha infundada de una maestra, un grupo de Whatsapp y un “periodista” de pueblo que hizo una convocatoria a través de Facebook Live.

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