domingo, 15 de julio de 2018

EN EUROPA LOS EMIGRANTES SON BUENOS SOLO SI METEN GOLES

Por Fabio Zuluaga / Supuesto Negado
 
El mundial se escenifica en medio de la peor crisis de refugiados en décadas: centenares de ahogados en el Mar Mediterráneo, desesperadas caravanas de gente atravesando Macedonia para llegar a Europa Occidental.

Son los refugiados de la guerra de Siria y de los “simpáticos truquitos” de Hillary Clinton en el Norte de África que se suman a la ya enorme cantidad que, desde hace más de 30 años tratan de cruzarlo para llegar a España o Italia.

Tal cantidad de refugiados tiene que, forzosamente, alterar y desestabilizar las cosas, pero en el contexto europeo esto ha llevado a una ola de populismo y ultranacionalismo además de un incremento de los controles migratorios.
Pero estos mismos emigrantes que son rechazados, no solo cuando cruzan la frontera sino cuando han vivido décadas en Europa (Sarkozy les llamó “chusma” cuando era ministro del interior) son aclamados cuando anotan goles en la Liga Española, la Eurocopa o El Mundial.
Y es que hay equipos, como el de Francia, que parecen un equipo panafricano más que francés.

¿Cómo es recibido esto en Europa y como es que ha llegado a ser así?

La France Noire

En la selección nacional de Francia solo 4 de los 23 jugadores tienen padre y madre nacidos en la Francia continental, entre ellos el capitán Hugo Lloris.
Otros dos jugadores son de ascendencia de las Antillas francesas. El hecho es que 13 jugadores tienen algún progenitor del continente negro.
Y son el motor del equipo.  
La estrella Kylian Mbappé es de padre camerunés y madre argelina.
El barcelonista Ousmane Dembélé tiene un padre de Malí y una madre con doble ascendencia senegalesa y mauritana.
El centrocampista del Manchester United, Paul Pogba es hijo de gente de Guinea Ecuatorial y Adil Rami, de marroquíes.
Nabil Fekir, hijo de argelinos. N’Golo Kanté y Djibril Sidibé, descienden también de gente de Malí.
Benjamin Mendy, de senegaleses.
Blaise Matuidi, proviene de angoleños. De la República Democrática del Congo es el padre de Steven Nzonzi aunque su madre –para horror de los neonazis- es francesa.
Cometió el mismo “pecado” de la madre de Corentin Tolisso, cuyo padre es de Togo.
Parece una situación bien caribeña pues en esta parte del mundo estamos acostumbrados a estas mezclas y retruécanos que son de lo más normal.
Eso nos podría hacer pensar que en Francia la emigración y la mezcla de razas son una rareza. Y ese es el problema: no lo son.
Pero muchos quieren portarse como si lo fueran.
De hecho hay otras migraciones representadas en la selección:
Antoine Griezmann es nieto de portugueses.
El padre de Lucas Hernández, criado en Madrid, es el exfutbolista francés de ascendencia española, Jean-François Hernández.
El portero suplente Alphonse Areola es hijo de filipinos.

Nada nuevo bajo el sol

El hecho es que esto no tiene nada nuevo. De hecho las selecciones nacionales francesas tienen más de 40 años sirviendo de vitrina a la emigración y los cambios demográficos.
La legendaria selección campeona del Mundial del 98 y de la Eurocopa de 2000 era norafricana y antillana.
Su estrella Zinedine Zidane, el mejor jugador francés en décadas, es  de origen argelino.
Con él estuvieron Marcel Desailly –Ghana- Liliam Thuram –Guadalupe- y Thierry Henry –Martinica–
En los ochenta fueron los hijos de la inmigración española e italiana quienes dieron a Francia la Eurocopa de 1984. Michel Platini era nieto de italianos; Luis Fernández nació en Tarifa, Cádiz.
Es que Francia por más de doscientos años ha sido foco de grandes movimientos migratorios.
Algunos de estos son independientes de la expansión colonial francesa que hizo de Francia la metrópoli de varios países asiáticos y africanos.
Polacos, portugueses e italianos han estado moviéndose a Francia desde hace siglos. Pero sobre todo después de la revolución industrial cuando Francia se convirtió en un gran mercado de trabajo y, por tanto, destino lógico para los trabajadores pobres de países vecinos o cercanos como Portugal, Italia, Grecia y España.
La guerra civil española envió hacia Francia una gran cantidad de refugiados de la guerra y del régimen de Franco.
Así que, Francia es un país “multiétnico y multicultural” desde hace mucho, mucho tiempo. Otra cosa es que quieran admitirlo.

Bélgica

Este país, que estuvo a punto de llegar a la final, no es diferente a Francia en ese sentido a pesar de ser muy pequeño y solo haber tenido una colonia, el llamado Congo Belga, donde cometió uno de los más horribles genocidios de la historia.
Adnan Januzaj, centrocampista de la Real Sociedad y miembro de la selección nacional, es todo un signo o ejemplo de los tiempos de corren: es natural de Bélgica, hijo de albaneses, y criado en Kosovo. Podría haber jugado con Serbia o Croacia por la ascendencia de su madre o por Turquía.
En la selección de Bélgica todos los jugadores han nacido en Bélgica, pero solo 12 de los 23 jugadores son de padre y madre belgas.
La mayoría son de ascendencia africana, especialmente de la República Democrática del Congo, el antiguo Congo Belga.
De allí son los padres del delantero Romelu Lukaku, el máximo goleador de la historia de los Diablos Rojos.
También está  Dedryck Boyata y Michy Batshuayi, también de padre y madre congoleños. El defensa del Manchester City, Vincent Kompany de padre congoleño y madre belga.
Youri Tieleman, por el contrario, tiene madre congoleña y padre belga.
El padre de Mousa Dembélé es de Malí y los de Marouane Fellaini son de Marruecos.
Yannick Ferreira Carrasco es de padre portugués y madre española. El padre de Axel Witsel es de Martinica, en el Caribe.
Todo esto es doblemente irónico porque no solamente estos inmigrantes, en muchos casos de piel morena, son los que están representando a Europa sino porque las hinchadas de fútbol son uno de los más tercos baluartes del chauvinismo, el racismo y la xenofobia.
Rutinariamente los partidos de extrema derecha reclutan sus “cabilleros” de las violentas hinchadas futbolísticas.
Romelu Lukaku es el jugador que más claramente se ha pronunciado sobre los dobles estándares de los países europeos con los jugadores de ascendencia extranjera:   
Soy belga, todos somos belgas. No sé por qué hay gente en mi propio país que quiere verme fracasar” ha dicho.
No sé por qué hay gente en mi propio país que quiere verme fracasar. Cuando me fui al Chelsea y no jugaba, escuché a gente reírse de mí. Cuando me fui cedido al West Brom, también“.
Pero, según el crack belga eso no se reduce al público sino también a la prensa: “Cuando las cosas me iban bien, en los periódicos me llamaban ‘Romelu Lukaku, delantero belga’. Cuando iban peor añadían ‘de origen congoleño'”.

“La migración de los pueblos”

El problema no está pronto a resolverse pues, de hecho, como ocurrió en los tiempos de los romanos, una Europa nueva está a punto de nacer y estamos en un período de crisis en que la antigua no desaparece y la nueva no surge del todo.
En los países latinos le decimos “invasiones bárbaras” a lo que los germánicos le dicen Völkerwanderung, La Migración de los Pueblos.  
Ese término puede haber sido también pensado para hacer quedar bien a los ancestros de los alemanes pero básicamente pretende recordar que lo que los romanos llamaban “bárbaros” eran simplemente pueblos que, la mayoría de las veces, emigraban pacíficamente al imperio romano.
En otros casos eran los romanos los que los incluían a la fuerza en su imperio al invadirlos como ocurrió con los germanos o llevarlos como esclavos como le pasaba a la gente del medio oriente.
Entre los “bárbaros” (algunos de los cuales eran filósofos y poetas) había gente de lengua irania, turcos, y un largo etcétera. De ellos descienden los actuales europeos.
Los godos, que acabaron saqueando Roma, era un pueblo pacífico que tuvo que refugiarse en lo que hoy es Croacia, huyendo de los ataques de los hunos. No pedían a los romanos más que un lugar donde poder vivir y trabajar pacíficamente.
Estos les oprimieron, les usaron como mano de obra barata en sus obras y carne de cañón en sus campañas. Convertidos en un pueblo muy fuerte, por esos trabajos, acabaron por vencer a los romanos y fundar su propio imperio.
Ellos y otros “bárbaros” crearon la Europa que conocemos.
Hay una distancia muy grande entre eso y la final Francia-Croacia pero uno puede pensar que hay algo en común con las grandes batallas de hace 15 siglos.
Tal vez una nueva Europa está naciendo y este mundial haga más fácil para muchos aceptarlo

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