POR: PEDRO FARÍAS
Es
imposible que un proceso revolucionario como el venezolano pueda
sobrevivir sin que el estimulo moral vaya a la par con el estimulo
económico y muy comprobado en estos momentos donde la patria de
Bolívar esta siendo atacado tanto desde fuera como desde dentro de
nuestras fronteras.
El
ejemplo mas palpable fue darle a las personas la facilidad de obtener
divisas, la llamada “gotitas de petroleo” para viajar o comprar
en línea y entonces nacieron los raspa cupos, donde no hubo ninguna
moralidad con la nación para que algunos se bañaran con el chorro
de petroleo, ¿pero son solo estos raspacupos tan culpables como se
ven?, según ellos mismos no, y es donde falta el estimulo moral de
un gobierno que nunca ha explicado con claridad las grandes divisas
entregadas a empresarios y personajes del gobierno en CADIVIS y esto
los toman estos personajes como excusas para que su delito sea
justificado, es decir la falta de moralidad del despilfarro gerencial
de los corruptos que han hecho fiesta con el dinero de la nación
sin importarle el sacrificio y el esfuerzo emprendido por Chavez.
Como
realizar que el bienestar económico no sea tomado como un derecho
adquirido, donde el sacrifico de una nación y la lucha por surgir se
entienda como una responsabilidad que hay que mantener a fuerza de
trabajo integro y comprometido, es muy fácil acusar al gobierno sin
asumir ninguna responsabilidad desde ningún punto de vista y siempre
poner la escusa del delito presumiendo que el funcionario tal comete
delitos mas grande y tiene un yate, cuentas en extranjero o una finca
en algún lugar que nadie sabe, porque eso me lo contó un amigo o lo
leyó en las redes sociales. Deberíamos a empezar a desprendernos de tanta
inmoralidad y realizar una autocrítica de como llegamos aquí porque
es muy real “Que cada gobierno es una imagen de la sociedad que
tenemos”, porque desde el Guardia Nacional que se aprovecha de su
Estatus llegando hasta la ama de casa que hace las colas, son
pueblo, con familias, con responsabilidades y casi las mismas angustias.
Aunque
esta reflexión se parece cada vez mas al cuento del perro que persigue
su cola, porque ver esto solo desde la perspectiva del pueblo en
estos momentos no lleva a ninguna parte, siempre y cuando tengamos
los escándalos políticos tanto del gobierno como de la mal llamada
oposición, perdiendo estos cada día mas credibilidad ante una sociedad
que pierde su bienestar económico y moral colectiva es decir las
costumbres y normas que se consideran buenas para dirigir o juzgar el
comportamiento de las personas en una comunidad. Se necesita que
tengamos unos dirigentes medios que asuman con fuerza el compromiso
moral en sus gobernaciones, alcaldías y en toda institución
publicas que sean trasparentes con la gente para que cada quien
entienda de los esfuerzos hechos por su gobierno sin ningún tipo de
difamaciones o acusaciones vacías y así puedan apreciar que el
estimulo de una buena economía debe ser respaldado con la
responsabilidad de un pueblo con moral, ya que si hay un gobierno
correcto habrá un pueblo correcto y viceversa.
Es
así que un pueblo que tenga la mayor suma de felicidad posible y
entienda de donde viene este esfuerzo y ve dirigentes moralmente
preocupados de realizar logros revolucionarios con claridad y
humildad, defenderán su proceso revolucionario y no se dejaran
engañar por el falso bien del capitalismo y una derecha apátrida
que busca sanciones para su propia gente.
La moral social y la ética profesional son colectivas pero, en su cumplimiento entra la responsabilidad individual de las dos.
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