Ya lo expresó Elías Jaua, ministro de Educación, el pasado 29 de
mayo: “debe elegirse una nueva directiva del Partido Socialista Unido de
Venezuela (Psuv) a todos los niveles, a través del voto”. Como era de
esperarse, los medios de comunicación de derecha no tardaron en tratar
de hacer escándalo sobre la declaración del ministro que, como él mismo
lo define, “se trata de un proceso normal en toda organización
partidista”. Luego empezaron a correr teorías conspirativas sobre
fracturas y divisiones dentro del partido.
Jaua, , afirmó
que la emisión de opiniones dentro de un partido no puede ser visto como
sinónimo de fracturas, disidencia o conflictos y que el Psuv debe estar
encaminado al diálogo permanente.
Que la crítica y la autocrítica no sea de personas sino de métodos, de programas, de dirección o de conducta
De cara al congreso y partiendo de su propuesta de renovar la dirigencia, ¿es cierto que existe oposición al diálogo puertas adentro del Psuv?
-Especialmente después del 20 de mayo se ha abierto un espacio para
el debate en la dirección nacional. En realidad es parte de lo que
tenemos que transformar y renovar. Emitir opiniones dentro de una
organización partidista no puede ser sinónimo de fracturas, disidencia o
conflictos internos. Es más, debe ser lo normal en la vida de un
partido.
Yo planteo la renovación y relegitimación, no planteo que todo el mundo se vaya, ojo, porque un cuadro no se pare (del verbo parir)
de la noche a la mañana. A esta dirección nacional le ha tocado los 5
años más difíciles con agresiones y donde todos estamos sancionados por
el imperialismo.
De modo que hay una dirección probada, pero quien debe decidir
nuestra continuidad o no, es la soberanía popular. El presidente de la
República acaba de ser sometido a la soberanía popular y fue
relegitimado. ¿Y por qué si el presidente de la República, que es el
presidente del partido, tiene hoy el aval de 6 millones de chavistas,
los demás no nos vamos a someter a esa misma soberanía de nuestra
militancia?
Considero que el partido debe ir asumiendo una vida normal de
discusión de ideas, de confrontación de ideas, de cumplimiento de sus
estatutos y que ejerza el pensamiento crítico. Que la crítica y la
autocrítica no sea de personas sino de métodos, de programas, de
dirección o de conducta.
¿Ha fallado el partido o le toca hacer revisión sobre los resultados en la formación política de su militancia?
-Recientemente tuve de invitada en el programa Encuentro Popular
a María Cristina Iglesias, directora de la escuela de cuadros, y
hablamos sobre el gran esfuerzo que se ha hecho ahí. Lo que creo es que
hay un elemento central, unas condiciones materiales que generan
malestar en importantes sectores de la población y que se traducen en
frustración o desencanto, esa es la realidad. Por otro lado hay un
componente de malestar ideológico aparte de lo primero.
Hay un sector del chavismo descontento con los métodos de dirección,
con los métodos de designación de candidatos, de autoridades, con la
ausencia de debate. Por eso la importancia de que frente a condiciones
materiales complejas como las que tenemos el pueblo pueda debatir, pueda
expresarse, sea consultado permanentemente porque es la única manera de
que la gente mantenga una motivación.
Allí está mi punto, promover ese espíritu de debate, de poder
constituyente permanente que es lo que ha hecho que el chavismo supere
todas las grandes dificultades. Chávez lo resumía en la consigna
“jugársela con el pueblo”.
El Psuv está realizando ya su IV Congreso, ahora dentro de la discusión actual, ¿es cierto que el partido y el gobierno están atrapados en la arena política y no están viendo lo que pasa en el área económica?
-No es cierto que el gobierno y el presidente Maduro no estén
preocupados y ocupados en la situación económica. Hay que ver primero
las condiciones para tomar las decisiones: hemos tenido un ingreso
petrolero muy bajo, tenemos imposibilidad de lograr financiamiento y
hacer transacciones de nuestros instrumentos financieros en buena parte
del mundo, tenemos un boicot hacia importantes operaciones de nuestra
industria petrolera y dificultades de acceder a mercados comerciales.
Ese es el contexto en el cual habría que tomar decisiones.
Ahora, lo que sí comparto, es mi opinión, es que hay que tomar
decisiones que se correspondan a ese contexto, pero hay que tomarlas y
hablarlo con mucha claridad a nuestro pueblo de por qué se tienen que
tomar y cuáles son los resultados esperados.
Creo que el capitalismo más salvaje de todos vulneró la autoridad del
gobierno sobre la economía. Hoy estamos viviendo las consecuencias de
un libre mercado que se impuso sobre la vía de los hechos y eso requiere
entonces de un plan económico para ir recuperando paulatinamente el
gobierno sobre la economía. El papel del Estado de regular, estimular y
promover la economía.
“Hoy estamos viviendo las consecuencias de un libre mercado que se impuso sobre la vía de los hechos”
A juicio de Elías Jaua, ¿cuáles son esos puntos más urgentes que deben ser revisados dentro del partido y del gobierno?
-Yo creo que hay que caracterizar la amenaza más importante que
tenemos ahorita, que es la amenaza sobre la independencia y la paz del
país. Es la contradicción principal y tiene que haber un esfuerzo de
encontrar políticas que nos permitan defender el derecho a la
independencia, la autodeterminación y el derecho a vivir en paz que
tenemos los venezolanos y venezolanas.
Luego, el partido tiene que activar de inmediato mecanismos de alerta
temprana frente a las desviaciones y los hechos de corrupción que hoy
más allá del daño ético que hacen, se traducen en elementos que
contribuyen a la guerra económica contra el pueblo. Cómo detectar a
tiempo, corregir y sancionar desde las competencias del partido y
demandar del Estado una acción que frene el robo de los activos del
Estado, de los cables de electricidad, de la reventa de bombonas de gas,
del desvío de los Clap, del desvío del Programa de Alimentación Escolar
–que nos corresponde aquí-, del desvío de los insumos médicos. Tiene
que haber una acción sistemática del partido con su militancia para
frenar este desmadre en todos los niveles.
El otro elemento central es cómo evitar que se incremente nuevamente
la brecha de desigualdad social en el país, que fue uno de los grandes
logros del comandante Chávez y de la revolución bolivariana: haber
convertido al país en el de mejor distribución de ingresos y eso tiene
que ver con la defensa del poder adquisitivo, de los derechos de los
trabajadores y la lucha contra la especulación.
También, cómo acompañar al gobierno en un plan de estabilización de
precios y defensa del salario, cómo defender los logros del pueblo
frente a la restauración latifundista que aparece por todos lados. Ese
es otro tema a discutir: ¿cómo defender la política de la revolución
agraria y las tierras que le fueron entregadas a los campesinos,
indígenas, comuneros?, ¿cómo defender las empresas de propiedad social,
amenazadas de privatización o de que se extingan? El pueblo tiene que,
desde su territorio, defender lo que lograron con la revolución.
Y lo otro es cómo logramos, en medio de la más grandes dificultades y
de las medidas pragmáticas que se tengan que tomar para superar esta
situación, mantener el rumbo. De seguir construyendo desde lo pequeño,
desde lo concreto, desde sectores y espacios territoriales determinados,
nuestro modelo de socialismo bolivariano.
Luego de la reelección de Maduro y considerando el contexto actual, ¿cuál debería ser el papel del Psuv y de su militancia en este escenario que vivimos actualmente?
-En primer lugar, tenemos que ejercer una política inherente a
cualquier organización revolucionaria: la revisión crítica y autocrítica
permanente de los logros o cumplimiento de los objetivos programáticos
que esa organización tiene. Se trata de los 4 grandes objetivos que
unifican al chavismo como una gran fuerza donde confluyen diversas
corrientes: la lucha por la independencia; la lucha por la igualdad
social; la lucha contra la corrupción y la construcción de un nuevo
modelo político, económico, social y cultural que Chávez postuló como el
socialismo bolivariano del siglo XXI. El congreso es una gran
oportunidad de revisión crítica de cuánto hemos avanzado en esos 4
puntos programáticos, cuánto no hemos cumplido y dónde nos hemos
desviado. ¿Para qué? Tomar la rectificación, trazar orientaciones
estratégicas y soluciones concretas para seguir empujando en función del
programa revolucionario.
Pero, más allá de eso, este momento requiere una militancia muy
activa. Una militancia que ejerza su derecho a demandar al gobierno, de
reclamar, de interpelar, de protestar incluso frente a las cosas mal
hechas, frente a las desviaciones que en distintos niveles se puedan
estar dando de los bienes y servicios que la revolución provee.
“Organizarse para la producción. Esa es la gran responsabilidad de todo militante revolucionario”
Pero también tiene el deber la militancia de organizarse para que
efectivamente la consigna de este gobierno sobre el poder popular sea
una realidad. El pueblo tiene que hacer florecer nuevamente frente al
tema del agua, las mesas técnicas de agua; frente al tema eléctrico, los
comités de electricidad; los comités de usuarios del transporte; la
revisión de todas las formas de propiedad social, comunal o estatal que
están en el barrio, la comunidad o el campo. Organizarse para la
producción. Esa es la gran responsabilidad de todo militante
revolucionario
¿Qué expectativas tiene Elías Jaua y qué expectativas hay dentro del Psuv sobre este IV Congreso?
-En primer lugar, la propuesta la hice en el espíritu de renovación y
relegitimación que siempre es necesario dentro del proceso
revolucionario. La última directiva se eligió mediante consenso de los
delegados del Congreso. El artículo 6 de nuestros estatutos establece la
cooptación o elección desde el segundo o tercer grado y hasta
elecciones universales, directas y secretas. Yo creo que ese momento fue
una coyuntura, acababa de fallecer el comandante Hugo Chávez, estábamos
en medio de la ofensiva terrorista de 2014 y fue un método válido en
ese momento.
Creo que ahora, 4 años después, es necesario abrir las compuertas
para que la soberanía popular de nuestros militantes exprese qué cuadros
deben continuar dentro de la dirección nacional, qué cuadros dentro de
las direcciones regionales y qué otros cuadros pueden emerger para ir
promoviendo lo que es el deber de un partido: una política de captación y
promoción de cuadros.
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Por Simón Herrera
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