El experto en materia energética y
legislador ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), David
Paravisini, opina que Estados Unidos (EE.UU.), al imponer sanciones
contra Citgo y confiscar sus activos en suelo norteamericano, busca
utilizar la empresa venezolana como botín de guerra.
El analista, quien explicó que
en los actuales momentos EE.UU. no cuenta con el presupuesto para
asumir una invasión a Venezuela, detalló que la administración Trump
podría estar buscando a un financista para la guerra al cual ofrecerle
como contraprestación la venta de Citgo, que cuenta con tres refinerías y
una red de seis mil estaciones de servicio.
Ese y otros temas relacionados
con el embargo impuesto por EE.UU. a los activos petroleros de
Venezuela, cuantificados en siete mil millones de dólares, desgrana
Paravisini en entrevista con Supuesto Negado.
Con estas sanciones que se
imponen a Venezuela pareciera que EE.UU. hiciera oficial un embargo que
tiene años ejecutándose. En ese sentido, ¿cuál considera que debería ser
el mapa de ruta de Venezuela para no colapsar desde el punto de vista
económico y de sus compromisos?
Esta situación en la que hoy
estamos tiene varios años ejecutándose. Es una guerra declarada contra
Venezuela cuya expresión fundamental pasó a partir del año 2014 al
terreno económico.
Todo es un proceso de
agudización que no es un asunto contra Venezuela. Estas medidas de
secuestro, de bloqueo, se habían venido aplicando a otros países
petroleros como Irak, a principios de los 2000, se intentó con Venezuela
en 2002, Irán, Sudán.
No es una característica
particular de Trump sino que es una política de EE.UU. en una situación
en la cual su hegemonía mundial está comprometida y fundamentalmente en
un mediano plazo en relación con el tema de control del mercado
petrolero y energético. En ese terreno Venezuela ha venido avanzando.
Venezuela tiene una posición
con sus reservas internacionales y es un jugador de primera línea. El
presidente Nicolás Maduro ha venido trabajando esto con Turquía, Rusia,
India, China… Más de 20 países que hoy están en Venezuela produciendo.
¿Entonces Venezuela tiene aún posibilidades de pelear por sus activos, o ya perdimos Citgo, por ejemplo?
Hay que verlo en el contexto del golpe. Hay un golpe de Estado en Venezuela que como tal requiere de un financiamiento.
EE.UU. hoy está en una crisis
importante. No solamente es una crisis política obvia, sino que además
su economía está en crisis, no tiene dinero para ir a una guerra y no
tiene quien le haga la segunda, como fue en el caso de Libia, que la
OTAN hizo la invasión. Los fondos provenían de EE.UU. y los retoma
cogiéndose las reservas de Libia. Pero esa posibilidad no está aquí
porque Venezuela no tiene esa cantidad de dinero, ¿pero qué es lo que
tiene Venezuela? Citgo.
Desde su independencia hasta
la fecha, EE.UU. tiene toda una estructura para defender la propiedad
privada hasta del propio Estado. En EE.UU. no existe la expropiación. Ni
siquiera cuando las Torres Gemelas se dio un proceso de expropiación a
empresas de la familia Bin Laden. Y en EE.UU. Citgo es una empresa
privada, así como lo es la Exxon Mobil o la Chevron Texaco, solo que en
este caso un país es dueño de esas acciones. Eso no quiere decir que la
administración Trump no vaya a hacer eso, pero es un delito.
Más bien con Citgo pareciera
que es una oferta que hace el Gobierno de EE.UU. con el señor Guaidó,
que si logran imponer el golpe de Estado tendrán que entregarle esto a
un financista de la guerra. Porque al no tener dinero, porque no está en
su presupuesto de 2019 una guerra contra Venezuela ni contra nadie, más
bien están buscando un financista y le están ofreciendo como premio, si
llega a tener éxito, hacer un procedimiento de venta. Pero yo no veo
absolutamente ninguna posibilidad de que eso pueda prosperar.
Con respecto al tema de las
facturas, también es algo ridículo. Son medidas de bloqueo destinadas a
crear un cerco financiero de asfixia económica, como ellos mismos lo
dicen.
No es verdad que perdimos
Citgo, eso es para crear terror y confusión, para tratar de justificar
lo injustificable. Es un absurdo en materia de leyes internacionales y
de las propias leyes de EE.UU.
¿Sentirá el venezolano en su vida cotidiana el efecto de este embargo?
Vamos a suponer que no podamos
exportar más petróleo a EE.UU. Entonces aguas arriba se presentan
problemas de producción, porque hay una capacidad de almacenamiento. Hoy
estamos exportando a EE.UU. entre 600 mil y 700 mil barriles diarios
tanto a Citgo como a estas otras empresas, entonces va a haber que
paralizar o reducir producción, comenzar en la búsqueda de otros
clientes para estos crudos y eso se va a llevar su tiempo.
Mientras se rehace todo esto,
ponte tú un año, claro que nos afecta, pero no es el fin del mundo.
Previsoriamente el presidente Maduro ya venía con negociaciones en
materia petrolera con Turquía, con Rusia, con China.
¿Afectará este embargo el mercado mundial petrolero?
Afectará fundamentalmente a
EE.UU. porque el petróleo que se produce en la Faja y que va a las
refinerías de Citgo no tiene sustituto allá, ni a corto ni a mediano
plazo. Las refinerías se hacen para un petróleo determinado, es una cosa
muy especial.
El precio del petróleo ya
aumentó un dólar, que no es significativo en comparación con la magnitud
de lo que se va a presentar con la gasolina. En la costa este de EE.UU.
la gasolina ya está un 50 por ciento más cara con la expectativa de que
puede haber una disminución de la oferta tanto por Citgo como por
Chevron Texaco.
¿Entonces valora usted que con estas acciones se confirma que siempre el interés de EE.UU. por Venezuela ha sido el petróleo?
La batalla que hay por el
control del mercado petrolero mundial en Venezuela tiene una expresión
específica dada la mentalidad imperialista de no negociar con Venezuela
sino de quitarle su materia prima. Hay petróleo de más en Venezuela,
solo que no quieren sentarse a negociar como negocian los chinos, los
rusos, la India. EE.UU. no hace eso, es “me das todo o nada”.
EE.UU. no solamente hace eso
con Venezuela. Es lo que está pasando con Irán, la confrontación con
Rusia, y en el caso de Venezuela está llegando al extremo de empujar a
una cantidad de países.
Con las declaraciones que han
dado ya no hay que convencerse, simplemente están diciendo, el señor
Bolton, el vicepresidente Pence, todos, que el tema son los negocios
petroleros en Venezuela y cuánto dinero se van a llevar de aquí.
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