Luego del fallido magnicidio y de la
puesta en marcha del Programa de Recuperación Económica, la estrategia
de la maquinaria mediática internacional es reforzar la matriz de que
Venezuela es la causante de una deplorable situación internacional
debido a su “crisis migratoria”.
La afirmación entrecomillada no está
sustentada en cifras comparativas, pues no se indican los números de los
procesos de éxodo con los que se les está comparando.
Se llega al extremo de afirmar que la
“crisis migratoria” es más importante que la causada por el conflicto
armado colombiano, bajo el argumento de que estos desplazamientos
ocurrieron durante un período de seis décadas, en cambio, la situación
venezolana data de 2014.
Si le comparación estuviese basada en
algún estudio científico, a sola cifra de desplazados internos que ha
tenido Colombia desbarataría la tesis de que el éxodo de venezolanos es
mayor. Buena parte de los desplazados colombianos han encontrado destino
en Venezuela, donde viven más de seis millones de neogranadinos.
La ligereza británica
La BBC, que durante años se distinguió
por su rigor periodístico, ha adoptado las licencias que se permiten
medios mucho más ligeros en el terreno ético, como CNN, otras cadenas
estadounidenses y a desprestigiada prensa nacional de los países
latinoamericanos. Una de esas licencias es la de atribuir una
declaración a un supuesto colectivo de especialistas, cuando en realidad
es la opinión individual de alguien. En este caso, la nota afirma que
“Algunos expertos ya lo describen como la mayor ola migratoria que ha
vivido la convulsa región en los últimos cincuenta años”, pero el
trabajo periodístico se basa en el testimonio de un solo declarante
Eric L. Olson, quien por cierto, intentó no comprometerse en una
afirmación tan rotunda, pero lo hizo luego de que el entrevistador
prácticamente lo indujo a decir que se trata de la peor crisis
migratoria de la región latinoamericana.
Otra debilidad del material publicado
por la BBC es la condición de experto de Olson. Para prestigiarlo, se
dice que es director adjunto del Programa de América Latina del Centro
de estudios Wilson, con sede en Washington. Pero una somera revisión
indica que Olson no es experto en temas migratorios, sino en
criminalidad y en reformas policiales. Ha estado muy involucrado en la
política interna de México y de Honduras y trabajó previamente para
Amnistía Internacional y para la Organización de Estados Americanos,
instituciones que siempre han sido muy beligarantes contra los Gobiernos
venezolanos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
El portal británico respalda la
autoridad de las afirmaciones de Olson en la reputación del organismo
para el cual trabaja, el Wilson Center. Pero, ¿es una entidad que puede
emitir opiniones no sesgadas sobre Venezuela? Veamos.
El Wilson Center es una organización
financiada por el Gobierno de Estados Unidos (que paga un tercio de sus
gastos y le donó su sede en el edificio Ronald Reagan, en Washington) y
por un conjunto de grandes corporaciones capitalistas vinculadas a la
banca, la industria farmacéutica, la información estratégica e
influyentes bufetes de abogados, entre las que destacan JBG Companies,
American Continental Group, Pinnacle Financial Group, Bristol-Myers
Squibb Company, Hudson Bay Capital Management LP, DLA Piper.
Entre los miembros notables de esta
institución resalta el nombre de la exsecretaria de Estado Condoleezza
Rice.
El director del Wilson Center, Lee H.
Hamilton es un veterano parlamentario demócrata que forma parte de los
consejos consultivos del Buró Federal de Investigaciones (FBI), la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) y del Centro de Estudios de
Seguridad Nacional de la Secretaría de Defensa de EEUU.
Con estos datos, es posible juzgar qué tan equilibrados pueden ser los estudios provenientes de esta entidad.
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