viernes, 18 de octubre de 2019

El síntoma Trump

Qué hacer ante la ola reaccionaria
Ignasi Gozalo Héctor Muniente Sariñena Álvaro Guzmán Bastida 
 Prólogo del libro El síntoma de Trump, publicado en la Colección Contextos, de la editorial Lengua de Trapo y CTXT.


El sobresalto

El 8 de noviembre de 2016, Estados Unidos se despertó en la UVI. Un multimillonario personaje de serie B de la vida pública del país, sin experiencia política ni mayor don aparente que la capacidad de abrirse un hueco en los medios mediante el exabrupto y el desvergonzado uso de la demagogia, había ganado las elecciones contra todo pronóstico, con un mensaje machista, antiinmigrante, antielitista y marcadamente nacionalista.

¿Qué había sucedido?


Hoy sabemos que la victoria de Donald Trump era, en realidad, un síntoma. No se podía entender sin abordar las claves de la descomposición del sistema capitalista y la estructura de partidos de los Estados Unidos en la última década.
La sacudida Trump fue, también, el gemido de un imperio que, de tanto ganar, se olvidó de para qué jugaba
De puertas adentro, la crisis del 2008 y las políticas adoptadas por su predecesor, Barack Obama, para restaurar el orden económico habían servido para parapetar la primacía del capital y recrudecer niveles de desigualdad decimonónicos, sacudiendo de paso la legitimidad del gobierno y las élites. De puertas afuera, la crisis del orden geopolítico se tornaba ineludible tras el fracaso de dos décadas de guerra en Oriente Medio y la creciente pujanza de China.

Al tiempo que se resquebrajaba la legitimidad del sistema y sus élites en casa, desde lejos era fácil verle las costuras al país, asomaban las costuras de su hábito de proyección exterior. La sacudida Trump fue, también, el gemido de un imperio que, de tanto ganar, se olvidó de para qué jugaba.

Cambiar las preguntas

Trump era también el síntoma del fracaso de la democracia liberal tradicional que monopolizan en EE.UU. las dos mayores maquinarias de poder: los partidos Demócrata y Republicano. De hecho, su ascenso se presenta como una ejecución en dos tiempos de ambos aparatos. Los republicanos fueron incapaces de frenarlo por no tener nada mínimamente sustancioso que ofrecer en su lugar. Hoy viven entregados al presidente que en su día no quisieron como última tabla de salvación de un partido hecho harapos.

Los demócratas se esforzaron en demostrar, tras la victoria de Trump, que lo más sustancioso que tenían que ofrecer como alternativa consistía en no ser Trump. Solo se han visto abocados a hacer política empujados por una sociedad movilizada por unos movimientos sociales que ya exhibían músculo antes del ciclo electoral de 2016 y terminaron por despegar con aquel acicate. Parafraseando a Benedetti, creían tener todas las respuestas cuando, de pronto, les cambiaron las preguntas.

Trump ganó la partida jugando en casa: la casa de una política despolitizada y convertida en show business; la de un debate público tuiterizado, en el que tanto vale lo que tanto impacta; la de un sistema político en el que las guerras inacabables, las recuperaciones empobrecedoras y la desafección de los invisibles no tenían padre, y terminaron aceptando a regañadientes un padrastro, cuya única virtud fue dejarles de tratar como si no existieran. Supo formular las preguntas, por más que les diera respuestas retrógradas, excluyentes y tramposas. Otros, mientras, seguían convencidos de tener las respuestas.

¿Qué hacer?

De este contexto de contrariedad e indignación, pero también de responsabilidad, nace el proyecto que culmina con este libro. Surge de una vocación de entender el presente convulso del país más poderoso del mundo escarbando en el pasado y cuestionando los relatos establecidos. Parte de la necesidad de escudriñar lo que nos pasa, para desembocar en la urgencia de intervenir en ello, redibujando así el futuro. Lo ha hecho posible la mirada tridimensional de un periodista, un director de cine y un académico afincados en el epicentro de la tormenta trumpista.

Su formato inicial –un proyecto documental con entrevistas a intelectuales, activistas y voces críticas sobre el Estados Unidos que alumbró el fenómeno Trump– vio la luz en forma de serie de entrevistas audiovisuales producidas y emitidas en internet por Contexto y Acción (CTXT). Ahora cobra su verdadera dimensión en este libro. En no más de seis meses, al tiempo frenético que Estados Unidos se adentraba en el primer mandato de su cuadragésimo quinto presidente, se grabaron y produjeron una docena de entrevistas (disponibles aquí) a fin de ofrecer herramientas útiles, compatibles pero no unívocas, para la comprensión de un fenómeno singular, complejo y de onda expansiva intercontinental.

Hay mucho en juego y urge encontrar respuestas. De ahí las tensiones dialécticas sobre el significado histórico del momento presente –y las salidas a futuro– entre las diferentes voces que interpela este volumen. ¿Es Trump resultado del ocaso del imperio estadounidense? ¿Supone la elección de Trump una estocada definitiva al neoliberalismo?, ¿o es acaso su rearme? ¿Es Trump enemigo de la globalización?, ¿o presenta una versión menos hipócrita de la misma, en la que el verdadero amo del mundo deja de parapetarse tras una pretendida multilateralidad? ¿Tiene China la sartén por el mango de la deuda estadounidense?, ¿o demuestra el Estados Unidos de la Reserva Federal y Goldman Sachs que se puede dominar el mundo ejerciendo de deudor? Ante una encarnación tan obscena del patriarcado, ¿toca rescatar los elementos más emancipadores del feminismo clásico o hacer balance de sus fracasos para refundarlo? ¿Toca replegarse ante el avance de la vigilancia digital? ¿O más bien impugnar, reclamar y expropiar las herramientas de la comunicación de nuestro tiempo? ¿Estamos ante una reacción contra los avances en las libertades y derechos civiles, que exige un redoble de esas batallas?, ¿o acaso los avances tan rotundos en el reconocimiento de las diferencias hacen que toque poner el acento en la redistribución de poder? Y, en todo caso, ¿cómo alcanzar esa meta? ¿Es hora de disputar el Estado?, ¿o acaso el poder se sitúa en otras esferas? Y cómo se organizaría esa lucha, ¿mediante herramientas discursivas populistas y una articulación de los movimientos sociales? ¿Con el fortalecimiento de la socialdemocracia? ¿O rescatando la idea del partido, el discurso de clase y el horizonte comunista?
Los republicanos viven entregados al presidente que en su día no quisieron como última tabla de salvación de un partido hecho harapos
Convenimos en que, detrás de Trump hay un fenómeno global, en pleno rearme, que responde a un movimiento sísmico evidente: la contrarrevolución. Es la reacción abrupta al final de un periodo inaugurado por Ronald Reagan y Margaret Thatcher en los años 80, que siempre tuvo pretensiones de ser irreversible (There Is No Alternative), pero que tras cuatro décadas de plácido entendimiento entre mercados y democracias representativas hizo crack en 2008. De aquella sacudida surgieron chispazos preñados de posibilidades rupturistas: desde los movimientos de las plazas de Europa a las Primaveras Árabes, pasando por Occupy Wall Street. Algunos tuvieron una traslación político-organizativa más rápida e inteligible que otros. Pero casi ninguno terminó de cuajar. Hoy asistimos al rearme contrarrevolucionario de unas élites que se vieron amenazadas y reaccionan con fervor.

La victoria de Trump fue un chispazo con una incalculable capacidad de propagarse. Hoy sabemos que sus tentáculos están ya desplegados por todo el mundo. Eso es también el síntoma Trump: la anticipación a fenómenos inesperados recientes como Bolsonaro en Brasil o Salvini en Italia, la consolidación de modelos políticos autoritarios en Hungría o Polonia, o el auge de las extremas derechas en Francia, Austria, Alemania y, ¡ay!, finalmente en España.

Estructura del libro

Como se ha dicho, este libro tiene como punto de partida una serie de entrevistas audiovisuales, publicada en internet. El lector tiene en sus manos el resultado complementario de, por un lado, extender dichas entrevistas, gracias al sosiego y profundidad que otorga el formato escrito y, por el otro, de ampliar el abanico de figuras para recoger otras claves. Sumando cuatro nuevas voces, creemos que la mirada es más completa. Cabe decir que el resultado es también un compromiso ejemplar de todas estas prestigiosas voces, que se unieron al proyecto por la urgencia y el compromiso con el momento actual de Estados Unidos y de la escena global. En el plantel, figuras destacadas del pensamiento contemporáneo como David Harvey, Wendy Brown, Silvia Federici, Nancy Fraser o Susan Buck-Morss conviven con el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz o el historiador económico Adam Tooze, así como con teóricos de los medios y la comunicación como Bernard Harcourt o Douglas Rushkoff. El libro cuenta además con un tríptico dedicado a pensar en profundidad la derecha desde una perspectiva crítica, de la mano del teórico político Corey Robin, la historiadora Nancy MacLean y la socióloga Arlie Russell Hochschild. Se completa con entrevistas al historiador de la política exterior y la inmigración, Greg Grandin, al activista antirracista Brian Jones, el editor Bhaskar Sunkara y la filósofa Jodi Dean.

El libro lo componen así dieciséis entrevistas, estructuradas en tres partes. La primera, se corresponde con un análisis coral del sistema que ha coadyuvado al fenómeno Trump –del capitalismo y sus contradicciones, la globalización, el neoliberalismo de derechas y de izquierdas, la hegemonía financiera y el imperio geopolítico en vías de agotamiento de los EE.UU.– hasta llegar a una disección de las propias entrañas del Partido Republicano: cómo se arma ideológicamente, cómo se financia y, finalmente, cómo convive y cómo genera en su provecho incómodas figuras outsiders como la de Trump.
el ala izquierda del Partido Demócrata ha cobrado fuerza ante un anquilosado aparato, aupada por su conexión con los movimientos sociales
Un segundo bloque se encarga de abordar las derivaciones en los EE.UU. de las ideologías políticas antes citadas –dando voz a conflictos atascados históricamente en la sociedad estadounidense, como la raza, la clase, la inmigración o el feminismo, y poniendo el foco sobre el inesperado renacer de prácticas comunitarias. También se acometen nuevas derivaciones del capitalismo inmaterial, como la exposición y vigilancia digitales, la mercantilización de los hábitos, la aparición de una masa social desesperanzada y sin herramientas para hacerse oír o el declive de los Estados frente a las corporaciones.

El tercer y último tramo es el más arriesgado, porque propone alternativas para el futuro. Desde apuestas inspiradas en la brecha que abrió Bernie Sanders en las pasadas primarias demócratas –un populismo progresista– hasta el hoy en día emergente proyecto del socialismo democrático –una tradición política claramente diferenciada de la socialdemocracia europea–, o una proclama en favor del nuevo liderazgo de los partidos de izquierdas en sustitución de las lógicas que han dominado el último ciclo político en la esfera progresista –los movimientos y el activismo–.

El volumen está pensado para leerse de manera secuencial, con textos que avanzan desde lo analítico o histórico hacia lo prescriptivo o polémico. Sin duda, el lector que haya recogido las observaciones sobre la economía estadounidense, el lugar de Estados Unidos en el mundo y los elementos constitutivos del pensamiento reaccionario y sus bases sociales acudirá a los capítulos finales –más programáticos y con mayor nivel de disenso entre sí– con mejores herramientas para formarse una opinión propia sobre las mejores vías de escape emancipador.

Dicho esto, el texto también funciona como un libro de consulta, en el que cada entrevista es autónoma y toca temas complementarios a las demás, sin que sea necesario haber leído una para abordar el resto.

La historia ha muerto. Viva la Historia

Aunque sea un personaje principal, este libro no empieza ni acaba con Trump. Al cierre de esta edición, es extraordinario lo muchísimo que se ha agitado la política –a menudo con consecuencias dramáticas– de Estados Unidos, sin que apenas se haya movido nada en lo fundamental. Donald Trump sigue atosigado por una ristra eterna de escándalos que le impiden no ya gobernar con firmeza y coherencia, sino nombrar a miembros de un gabinete que ha pasado más de la mitad de su primer mandato medio vacío. Su nivel de apoyos en las encuestas sigue muy por debajo de la media de presidentes, pero apenas ha aumentado ni disminuido desde su sonada victoria en 2016.

Ante este panorama, parece dispuesto a jugárselo casi todo a la carta del miedo y el odio al inmigrante. Mientras, el ala izquierda del Partido Demócrata ha cobrado fuerza ante un anquilosado aparato, aupada por su conexión con los movimientos sociales –ecologista, feminista, antirracista y proinmigrante– que no han cesado en sus movilizaciones. Incluso Bernie Sanders, que para muchos observadores quedó descartado tras su derrota en las primarias de 2016, se ha lanzado a la contienda, y está entre la terna de favoritos para medirse a Trump.

Pase lo que pase en 2020, los retos a los que se enfrenta Estados Unidos son irremediablemente los mismos sobre los que se jugará el destino del mundo entero. Rebelado contra el dogma del neoliberalismo y despierto del sueño húmedo del fin de la historia de Fukuyama, queda por ver si se articulará una alternativa a la ofensiva contrarrevolucionaria.

De la lectura surgirán más preguntas que respuestas, y muchas de las ideas que aquí se lanzan tendrán que ser desarrolladas y confrontadas. Hemos pretendido aportar voces, debates y miradas que contribuyan al imprescindible rearme de un nuevo programa emancipador. Los “perdedores” de la globalización se encuentran huérfanos de perspectivas y alternativas. En ese vacío las viejas ideas reaccionarias se están haciendo hueco. No estamos ante un fenómeno nuevo ni local. Como tampoco es verosímil que lo sean sus antídotos.

Estados Unidos, al fin y al cabo, no deja de ser vanguardia de la alienación, punta de lanza del desposeimiento y redactor jefe de los designios de la humanidad. Pero es, además, y precisamente por eso, cuna de las fuerzas emancipadoras más vigorosas y necesarias. Pocas cosas importantes cambian en el mundo sin haber cambiado antes allí. Y pocas cosas importantes cambiarán de verdad si no cambia la madre del cordero. Los síntomas son huidizos y testarudos: van y vienen, y tienden a reproducirse, a menudo con más crudeza. No se puede acabar con ellos sin diagnosticar, primero, y tratar, después, la enfermedad. Este libro pretende separar el achaque Trump de la enfermedad estadounidense que lo acarrea. Pretende, de paso, esbozar un vademécum en genérico, al que recurrir cuando se identifiquen brotes de un mal que no entiende de fronteras y parece decidido a propagarse.

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