Por Aitor Molina
Las recetas macroeconómicas de los líderes liberales (o ultraliberales) no están dando el fruto que los votantes esperaban
Jair Bolsonaro en Brasil, Sebastián Piñera en Chile, Iván
Duque en Colombia y anteriormente Mauricio Macri en Argentina se
convirtieron en los estandartes de la nueva ola neoliberal que daba
inicio a la década prodigiosa de la derecha latinoamericana.
Durante 2017 y 2018, los votantes escogieron a estos candidatos bajo
la promesa de mejorar la situación económica de sus países y de luchar
contra la corrupción. Transcurrido el periodo de gracia, estos políticos
no han conseguido revertir la recesión económica y sus índices de
popularidad están bajo mínimos.
Macri intentará resistir ante la vuelta de Kirchner
En Argentina, Mauricio Macri y su alianza electoral “Cambiemos”
ganaron las elecciones presidenciales de 2015 con la promesa de llevar a
cabo una receta económica exitosa y de depurar la corrupción heredada
del anterior gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Tres años y medio después de su toma de posesión, el peso argentino
es la moneda emergente más devaluada del mundo y la inflación ha
aumentado un 57,3% respecto al mismo periodo del año pasado, situándose
en el Top 3 mundial, solo por detrás de Venezuela y Zimbabwe.
Las consecuencias de esta grave crisis económica, que el empresario y
exdirigente de Boca Juniors califica de “tormenta perfecta
internacional”, son demoledoras. Hoy en día hay 14,3 millones de
argentinos que viven bajo el umbral de la pobreza y prácticamente la
mitad de los niños son pobres (46,8%), las cifras más elevadas de la
última década.
Ante este contexto socioeconómico, la tensión en las calles es cada
vez mayor y los sindicatos y movimientos sociales llaman a la unidad de
acción, algo que parecía utópico apenas unos meses atrás.
Un claro ejemplo de este clima de protestas es la huelga general que
tuvo lugar el pasado 29 de mayo en todo el país. De los seis paros
generales a los que se ha enfrentado el presidente de la nación, este
último fue sin duda el más unitario y el más secundado.
Hoy en día hay 14,3 millones de argentinos que viven bajo el umbral de la pobreza y prácticamente la mitad de los niños son pobres (46,8%)
En Buenos Aires no funcionó el transporte público; las universidades y
las escuelas no dieron clases y prácticamente todos los comercios
permanecieron cerrados, así como los hospitales (excepto las urgencias) y
los bancos. El paro también tuvo consecuencias a nivel internacional,
dado que todo el transporte aéreo y por carretera se vio paralizado.
En estas condiciones, Mauricio Macri ya ha presentado su candidatura a
la reelección en las próximas elecciones presidenciales que se llevarán
a cabo durante el mes de octubre. Para ello, ha fichado como candidato a
vicepresidente al antiguo peronista Miguel Ángel Pichetto, con el que
pretende ampliar la base de sus votantes hacia el centro-izquierda.
A su favor juegan las previsiones económicas positivas que el FMI
vaticina para los próximos meses y la amenaza de los fondos nacionales e
internacionales de retirar sus inversiones si su rival directo, la
coalición integrada por Cristina de Kirchner y liderada por Alberto
Fernández, gana las elecciones.
Los profesores toman las principales ciudades de Chile
Al otro lado de Los Andes, la situación tampoco es muy halagüeña para
el presidente chileno Sebastián Piñera, sobre el que planea la sombra
de una huelga general como la organizada en el país vecino.
En este caso, son los profesores los que encabezan las masivas
protestas contra la precarización de los servicios públicos de enseñanza
y las condiciones laborales de los profesionales.
Las escuelas públicas están paralizadas desde el pasado 3 de junio,
cuando los profesores declararon el inicio de una huelga indefinida que a
día de hoy aún no se da por finalizada.
Los docentes exigen al Gobierno el pago de las indemnizaciones que el
Estado debe a algunos docentes desde 1980, año en que la dictadura
militar de Pinochet traspasó las competencias de los colegios a las
administraciones municipales. Además, reclaman una bonificación para los
profesores que trabajan con alumnos con necesidades especiales y el fin
de una doble evaluación que consideran innecesaria.
Otra de las demandas más importantes y que genera un apoyo
prácticamente unánime en la sociedad chilena es el rechazo al cambio
curricular aprobado por el Ministerio de Educación. Según esta
modificación, las asignaturas de Educación Física e Historia dejan de
ser obligatorias en los dos últimos años de enseñanza secundaria.
En respuesta a las manifestaciones y protestas lideradas por el
Colegio de Profesores, el cuerpo de Carabineros detuvo el pasado martes a
veinte profesores por ocupar una de las principales avenidas de
Santiago, entre los que se encontraba el líder de dicha institución,
Mario Aguilar.
No obstante, antes de que comenzaran estas protestas, varias
encuestas de gran prestigio ya indicaban que el máximo mandatario
chileno estaba pasando por una crisis de popularidad alarmante, lo que
le llevó a destituir a prácticamente la mitad de sus ministros y renovar
profundamente su gabinete.
Este descenso de apoyos también se debe a que el exitoso empresario
no ha conseguido cumplir las expectativas económicas que propuso en su
campaña electoral. Según argumentan desde La Moneda, a causa de la caída
del precio del cobre y de un contexto de recesión internacional.
Iván Duque y el proceso de paz en Colombia.
En 2017, el ahora presidente colombiano Iván Duque publicó en Twitter
que “Colombia es el país de América Latina donde la popularidad del
presidente está por debajo del IVA”, ironizando sobre la baja aceptación
del entonces máximo mandatario Juan Manuel Santos.
Diez meses y medio después de su toma de posesión, el político y
abogado no está tan lejos de convertir esa broma en realidad, puesto que
según la encuesta publicada por Gallup Poll, la popularidad del
presidente cayó hasta el 29 por ciento este mes de junio.
El gobierno colombiano parece ser víctima de una parálisis
institucional y política que no permite al Ejecutivo sacar adelante sus
propios programas, dado que no goza de mayorías en ninguna de las
cámaras legislativas.
La principal crítica a Iván Duque se fundamenta en el incumplimiento
de los acuerdos de paz que vieron la luz durante la anterior
legislatura. Muchos de sus opositores consideran que el Gobierno intenta
sabotear dichos acuerdos.
Una de las medidas más anunciadas durante la campaña electoral por
Duque fue la presentación de objeciones a estos acuerdos de paz,
recogidos en la Jurisdicción Especial para la Paz. Sin embargo, el
pasado mayo, la Corte Constitucional desestimó estas objeciones y dejó
al presidente sin su principal estandarte político.
A estos hechos hay que sumarle que según los últimos datos la
economía colombiana sufre el mismo estancamiento que el Ejecutivo. La
tasa de desempleo es del 10,5%, la cifra más alta desde 2012 y el
crecimiento económico se sitúa en el 2,8%, muy por debajo del 3,5% que
pronosticó el Gobierno para final de año.
Un futuro incierto para la región
Así pues, pese a que la mayoría de estos dirigentes liberales tienen
una gran trayectoria en el mundo empresarial y disponen de grandes
fortunas en sus diferentes países, todo indica que sus recetas
macroeconómicas no están dando el fruto que los votantes esperaban.
Excepto Macri, el resto de políticos de esta nueva “ola neoliberal”
cuentan con la ventaja de que las próximas elecciones están muy lejos y
de que la oposición no supone, hasta el momento, una amenaza real. Aun
así, se auguran tiempos difíciles para la derecha en Latinoamérica.
Si hacemos un poquito de historia re-conocemos que los problemas de los gobiernos progresistas en América latina perdieron el poder, caso Lula, por ejemplo, tenía el ochenta por ciento de la opinión favorable cuando culmina su mandato y ahora está preso ¿qué pasó? ¿cómo es posible? En palabras de Frei Betto, teólogo liberador, haciendo una autocrítica dice en primer lugar que el Partido de los Trabajadores de Brasil no logró formular adecuadamente una cierta ideología de lo que iba haciendo, lo cual impidió la formación de sus cuadros (o mismo que en Ecuador y Argentina), y eso es lo que a mi me interesa: LA FORMACIÓN DE UN NUEVO TIPO DE POLÍTICA.
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