El acoso escolar es una problemática a la que vale la pena mirar y darle mayor atención. Anteriormente, las agresiones físicas y las burlas en los centros educativos eran vistas con normalidad por los docentes y por los padres y madres, que incluso fomentaban con expresiones como: “si te pega, defiéndete y pégale también”, “los niños se defienden a golpes”.
El acoso escolar es una conducta antisocial en la que el agresor presenta indiferencia y falta de remordimiento al causar daño… no hay empatía
Hoy, sabemos que todas esas conductas han traído consecuencias graves para las víctimas y los agresores, incluso para padres y madres.
Para la criminología, fue indispensable echar una mirada a la conducta de la víctima y del agresor y explicar por qué estas conductas violentas dentro de la escuela, cuando lo ideal sería encontrar en ese sitio un lugar en el que se fomente el respeto entre iguales y superiores.
El acoso escolar o bullying es considerado como una conducta antisocial en la que el agresor presenta una personalidad antisocial, caracterizada por indiferencia y falta de remordimiento al causar daño… no hay sentimientos de empatía. Sus relaciones interpersonales suelen ser agresivas y autodestructivas y suele moverse en un ‘mundo’ inmaduro e infantil. Sobre todo, es consciente que lo que hace esta mal, sin embargo le importa poco.
¿Cómo influye la familia en el acoso escolar?
Conforme crecemos, aprendemos hábitos, habilidades, actitudes, prejuicios y complejos, y también conductas violentas
La familia es la institución más importante a nivel social. Proporciona valores, costumbres, tradiciones, normas de convivencia e inculca amor.
La mayor parte de lo que somos es producto del aprendizaje. Conforme crecemos, aprendemos hábitos, habilidades, actitudes, prejuicios y complejos, y en muchas ocasiones también conductas violentas.
Cada etapa de la vida esta marcada por cambios, muchos de ellos tienen que ver con el entorno en el que nos desenvolvemos y lo que transmiten los padres a los niños. Si los conflictos empiezan en la niñez, podrán mostrar una conducta rebelde, incontrolable y desafiante. En este sentido, es frecuente encontrar problemas de disciplina en casa y en la escuela.
Estos niños, cuando intentan relacionarse con otros niños, suelen ejercer dominio sobre los demás. Por ello, buscan y saben identificar a su víctima más vulnerable. La conducta rebelde en casa se suele intentar corregir por medio de castigos, que incluso suelen ser castigos físicos, sin embargo, lo que hace es empeorar el problema y generar resentimiento hacia la figura de ‘autoridad’.
La conducta rebelde en casa se suele intentar corregir por medio de castigos, incluso físicos, y lo que hace es empeorar el problema y generar resentimiento hacia la ‘autoridad’
‘¿Qué estoy haciendo mal?’
Algunos de los niños agresores suelen buscar la atención de sus padres, debido a que estos están demasiado ocupados en sus actividades diarias, que descuidan a sus hijos, y recurren a la violencia.
Otros tantos son víctimas de la violencia que viven en su casa. Con padres golpeadores, por lo tanto, su desarrollo se encuentra inmiscuido en un ambiente de violencia física, humillaciones, lo que provoca que estas conductas sean repetidas con una persona más vulnerable o quienes consideran así, minimizan a su víctima y la ven como un ser débil.
“Mi hijo tiene 14 años, y yo desconocía por completo lo que hacia en la escuela, porque en casa era un adolescente tranquilo, metido en su música y en la computadora. Pero tampoco sabía lo que estaba haciendo, hasta que la mamá de uno de sus compañeros me reclamo, porque mi hijo estaba maltratando a su hijo, incluso me mostró un video de cómo le golpeaba y humillaba. Fue entonces que me pregunté ‘¿qué estoy haciendo mal?’
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