Su uso excesivo puede traer muchas malas consecuencias
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en
su lista de trastornos mentales la adicción a los videojuegos y al uso
excesivo de juegos digitales a través de Internet, debido a que ese
patrón de comportamiento puede traer consigo una serie de consecuencias
mentales o físicas.
De acuerdo con datos de la OMS, se considera que existe una adicción a los videojuegos cuando se da “un comportamiento persistente o recurrente de juego”.
Tal conducta se puede diagnosticar en un período de al menos 12 meses
en el caso de que los jugadores pierdan el control sobre la frecuencia
con que juegan y la duración en relación a cuántas horas le dedican a
ello.
Erick Rodríguez, especialista en comportamiento humano, asegura que
“el comportamiento adictivo es común en personas aisladas, que tienen
conflictos y no pueden controlar su actuación ni sus pensamientos; por
ello toman una conducta de evasión, de esconderse, y tienden a pasar más
tiempo o un número prolongado de horas en las páginas web de
videojuegos. La adicción a las cónsolas y a otros artículos electrónicos
no solo puede generar consecuencias mentales sino también deterioro en
la vista y a la vez el menoscabo del estado físico de la persona, al no
hacer ejercicio”.
Por otro lado, Rodríguez enfatizó que “en la actualidad nos
estamos enfrentando a nuevas adicciones. Normalmente se habla de las
adicciones a las drogas, alcohol, comida, cafeína, tabaco, y no se trata
el tema de la necesidad incontrolable que tienen a veces niños,
adolescentes y adultos de usar juegos de video portátiles, celulares y
tabletas, ya que hace años atrás no existían; ahora es común el manejo
de estos aparatos de los cuales algunos individuos se vuelven totalmente
dependientes”.
Adicionalmente, el especialista añadió que “cuando se
presenta la adicción, es sinónimo de que hay un desbalance desde lo que
es la parte impulsional, del hecho incontrolable al hecho impulsivo, que
es cuando la persona actúa, pero aunque actúe no tiene reflexión aunque
responde a la voluntad, es decir, que se puede controlar, mientras que
la acción impulsional es un hecho incisivo incontrolable”.
Asimismo, manifestó que “en general no hay terapias
específicas para cada adicción, sino que todas se basan en tratamientos
cognitivo-conductuales similares”.
La OMS ha reconocido este tipo de conducta como una enfermedad mental
del neurodesarrollo y lo incluirá en su nueva edición de Clasificación
Internacional de Enfermedades (ICD-11), cuyo borrador salió a luz en
días pasados y no se actualizaba desde hace 25 años.
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