Por: Pascualina Curcio
En lo económico, detener la hiperinflación inducida sigue siendo lo más
urgente, no solo porque pulveriza el salario, sino también porque incide
en 40% sobre la caída de la producción nacional y hace insuficiente el
presupuesto público de gasto e inversión.
No detendremos la hiperinflación hasta que no destruyamos la más
poderosa de las armas de la guerra económica: el ataque a la moneda.
No es el anclaje del bolívar al petro lo que permitirá derrotar el
ataque a la moneda. La relación bolívar-petro, tal como ha sido
diseñado, depende no solo del valor del barril de petróleo, sino del
tipo de cambio oficial (DICOM), el cual a su vez está persiguiendo, como
se esperaba que ocurriera, al dólar criminal.
Respaldar el bolívar directamente en nuestras riquezas, aumentar las
reservas internacionales en oro, controlar el uso de las divisas que
ingresan por exportación de petróleo, recuperar la producción petrolera,
avanzar en la economía comunal, e ingeniarnos armas distintas a las
melladas del capitalismo son tareas que pueden contribuir a derrotar el
ataque al bolívar.
Combatir la corrupción, sancionar a quienes boicotean el abastecimiento
de alimentos, medicamentos y transporte y a aquellos del sector privado
que se han llevado las divisas baratas, son tareas pendientes.
Continuar protegiendo a la clase asalariada, activa o pensionada,
mantener la paz conquistada y defender nuestras fronteras deben seguir
ocupando nuestro tiempo.
Todas son tareas. El reto es superar las contradicciones que se
manifiestan a la luz de las intenciones imperiales para confundirnos,
entramparnos y descontextualizarnos del momento histórico que vivimos.
El reto, ante las amenazas y agresiones imperiales, es mantenernos
firmes en el camino del socialismo, de la justicia social, de la
independencia política y económica, de la soberanía. ¡Feliz 2019! Feliz
Bicentenario del Congreso de Angostura!.
Tomado del Diario ültimas Noticias.
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