Es el aire que respiramos, casi todos
debemos dinero a instituciones públicas o privadas, a amigos y enemigos,
a agencias grandes y pequeñas.
El caso es que esta modalidad de obtener
dinero históricamente ha sido condenada por la gran mayoría de las
religiones y grupos sociales, darle una cantidad de recursos a alguien
que lo necesita, quizás con desesperación, y obligarlo a devolver más de
lo que recibió bajo la amenaza de perder sus derechos económicos no
parece ser algo que se pueda hacer de forma generalizada sin causarle
daño a muchas personas y crear distorsiones económicas terribles.
Ese es justo el mundo que vivimos hoy después de un festival de deuda e intereses, de usura.
Para empezar, si pides plata y prometes
devolver más, estás haciendo una apuesta sobre cómo va a ser el futuro.
De alguna manera esperas que para el momento en que toque pagar vas a
poder cubrir tus obligaciones sin poner en riesgo los recursos que hacen
posible tu vida.
Normalmente la tasa de interés para una
tarjeta de crédito es del 24%, cuando compras algo con ella estás
esperando que en el futuro la economía crezca justo ese 24%, sino más.
Es por esto que el capitalismo se comporta tan bien cuando hay
crecimiento, porque es la única manera de hacer que todas sus
instituciones funcionen correctamente. La deuda y el crecimiento son los
gemelos fantásticos de la cárcel económica que nos hicieron los
banqueros.
El querido Coronel Gadafi eliminó el
préstamo con intereses en Libia. Ese atrevimiento, entre otras
excentricidades, lo terminó pagando con su vida y no solo con un 24%
más. Poderosas fuerzas hay detrás del desastre de la deuda con usura.
Luego de forzar la barra de las deudas
con inmuebles y con el sector de la construcción durante varios años, en
2008 se revienta el parapeto y los países que cultivaron ese monstruo
de los paquetes de hipotecas, derivados y permutas quedaron tan fregados
que hasta hoy se sienten los efectos de toda la plata perdida en el
planeta entero. Poco tiempo después de ese desplome surge como respuesta
un documento técnico hecho por un anónimo con la receta de una divisa
digital basada en las mejores características del oro y la banca
digital, que además cuenta con varias ventajas sobre los anteriores,
siendo simultáneamente un medio de intercambio y una forma de almacenar
valor.
Esa es la receta del Bitcoin. Si has
usado Torrent, Emule o Ares ya estás un paso más cerca de comprender
cómo funciona. Lo que tienen estas utilidades en común es que no hay
entes centralizados que controlen el acceso, si descargamos una película
usando un Torrent, esta película provendrá de la computadora de otro
usuario común y silvestre como nosotros. Si este apaga su computadora se
detendrá la descarga en la nuestra, pero al terminar de hacer la
descarga esa película ahora estará en dos computadoras, cuando un
tercero quiera descargarla tendrá dos opciones simultáneas y se
descargará más rápido. Cuando la película es descargada por mil personas
ya no habrá problemas de disponibilidad porque probablemente nunca se
apaguen esas mil computadoras al mismo tiempo.
Además, si ese archivo que descargamos
no fuese lo que el título dice, si detrás del nombre de la película en
realidad se encuentre un virus o simplemente algo que no queríamos ver,
basta con borrarlo de la computadora y ya no estaremos sirviendo un
archivo que no es confiable y poco a poco la mayoría lo borrará y ya no
será posible descargarlo. Así se depuran naturalmente las redes entre
personas, mejor conocidas como P2P, la cantidad de personas que
respaldan la validez de una pieza de información es lo que más importa
en estos casos.
En el caso de la red Bitcoin (o de otras
criptomonedas) no hace falta que alguien borre archivos, las
transacciones en Bitcoin requieren mucho poder de cálculo, son muy
difíciles de hacer por una sola computadora y por esto se usa una red
P2P distribuida por todo el mundo para resolver dichas transacciones.
Por ejemplo, si alguien quiere hacer un fraude en la red Bitcoin deberá
contar con una red más grande que la red Bitcoin, de modo que esa
información fraudulenta tenga una oportunidad de pasar como cierta. El
hecho es que ni siquiera sumando Google, Facebook, Microsoft, Amazon y
Yahoo llegamos a la cuarta parte del poder de cómputo de la red P2P
Bitcoin, así que apaguemos la luz con ese tema.
El banco y la cartera
El banco es un ente centralizado,
usualmente en manos privadas, con políticas que no se consultan y con
propensión al robo (dígalo ahí, Eligio Cedeño), padre de la usura, amigo
de la especulación, creador de muchos instrumentos financieros tóxicos
para su propio beneficio. La plata que guardamos en el banco es usada
para otros fines que realmente no podemos auditar.
La criptomoneda guarda valor en la
“cartera”, es decir, cuando guardas tu plata en la cartera, a menos que
la dejes por ahí nadie va a meter mano en tu plata. Por diseño no es
posible que alguien haga algo sin tu consentimiento con tus ahorros, no
pueden cobrarte intereses en tu cartera, aunque sí comisiones. Para que
alguien use tu plata debes desprenderte de todo derecho sobre ella, es
decir, dársela activamente a alguien bajo los términos que acuerden y
mediando la confianza que se tengan, si lo haces con intereses ese será
tu problema.
Otro elemento interesante es que no se
puede crear infinitamente, de hecho sólo se crea a través de la misma
red de criptomonedas. Cuando prestas tu computadora y tu conexión a
Internet para que haga cálculos de transacciones obtienes una comisión
por cada vez que ayudes a resolver los intercambios, a esto se le llama
“minar” por el carácter azaroso que suele tener. Dicha comisión está
diseñada para dividirse en dos cada cierto tiempo, de esa forma en algún
momento llegará a ser un número que no pueda ser escrito, o sea, será
cero. De esta forma el límite está marcado en veintiún millones de
Bitcoins.
Esto no le gusta a los banqueros hambrientos de crecimiento infinito y de jugar con la plata de otros.
Aún así, en la actualidad existe un
montón de buitres que están creando productos financieros y de inversión
derivados del Bitcoin, como es el caso de CME Group, que lanzó los
“Bitcoin Futures”, así como existen los “futuros” de oro, petróleo e
incluso de los paquetes de hipoteca que ya comprobaron ser una gran
estafa.
Para simplificar, estos “futuros” no son
más que burdas apuestas sobre la rentabilidad que posiblemente pueda
tener el Bitcoin en un plazo dado. Si yo compro un “futuro” de Bitcoin,
cada vez que suba, así sea una pequeña fracción, yo gano una cantidad de
dinero fijada por CME Group, y cada vez que baje, incluso una fracción,
perdería esa misma cantidad de plata. La enfermedad de querer obtener
cosas sin esfuerzo se infiltra en todas las grietas de la sociedad.
Una vez en la Celac, Delcy Rodríguez
siendo canciller dijo unas palabras que me retumbaron en la mente por
mucho tiempo, dijo que por cada barril real de petróleo existen al menos
veinte que son de papel y que la oferta de petróleo estaba enrarecida
por estos instrumentos de modo que aparentemente hay demasiado petróleo
ofertado y casi nadie comprándolo, cosa que repercute en el precio
llevándolos a la baja. Suena loco, pero vivimos tiempos de demencia.
Investigando encontré que hay gente vendiendo papeles con promesas de
explotación petrolera en sitios donde no es posible explotarlo, es
petróleo que cuesta más sacarlo que dejarlo ahí.
Recordemos siempre el desastre de BP en
el golfo de México. Ese petróleo no es nuevo, siempre supieron que
estaba ahí, pero como nos estamos quedando sin petróleo fácil ahora las
empresas se lanzan en aventuras de extracción que en otras épocas
parecían cosas del Quijote. La cantidad de petróleo que se extraerá en
2018 a nivel mundial será menor que la del 2017, es un producto en
escasez y nadie le da voz a quienes lo están advirtiendo, anótalo.
Esa operación se la están haciendo a
todas las materias primas para mantener los precios bajos, el próximo
año se verá cómo se lo tratarán de hacer el Bitcoin también, veremos
cómo sucumben, porque cada vez más la gente está tratando de esconder su
platica de los banqueros y los ludópatas de Wall Street y no se ve nada
mejor que las criptomonedas en el horizonte para tal fin.
La burbuja y los precios
La cantidad de dólares invertida en
Bitcoins es de poco más de 180 mil millones de dólares, hay muchas
personas esperando un desplome de los precios porque a su juicio estamos
ante una burbuja. Evidentemente hay un comportamiento de burbuja, pero
de ser así creo que apenas está empezando, si vemos la cantidad de plata
colocada en instrumentos financieros tóxicos como los derivados y las
permutas, 180 mil millones de dólares son un chiste. Si no quieren ver
dónde está la verdadera burbuja están en su derecho al autoengaño.
Maduro sí inventa
El Presidente está llevando las riendas
del país en un eterno laboratorio, no puedo recordar a un presidente que
haya tenido que gobernar más creativamente que Maduro, con mención
especial a Sankara, Gadafi y Chávez con sus misiones.
Maduro ha lanzado herramientas de
gobernanza digital completamente geniales. El Carnet de la Patria se lo
sacaron hasta los escuálidos, el sistema patria.org.ve es un éxito total
con su gestión de ayudas sociales y encuestas sobre el alcance de las
políticas sociales y el movimiento “Somos Venezuela” con su misión de no
dejar a nadie rezagado por no tener cuenta en el banco, no tener un
teléfono o una computadora, entre otros.
Recientemente anunció El Petro, una
criptodivisa análoga al Bitcoin en todo sentido, con la única diferencia
de estar respaldada en activos soberanos. Venezuela hará el primer
ensayo nacional de este tipo, y aunque la polémica hecha alrededor de
esto es grande, existen varios elementos que debemos tener presentes
antes de hacer juicios.
Como la red P2P es la única manera de
crear criptomonedas, El Petro deberá ser minado (en caso de que así lo
decida el Gobierno) por una pequeña red P2P del Estado hasta cierta
cantidad determinada por ellos para luego poder distribuir esas
criptodivisas entre las personas.
Esto podría traer como consecuencia que
las personas como tú y como yo podamos prestar los recursos de nuestras
computadoras para la red Petro, de esa forma obtendremos otra manera de
subsidio de parte del Estado. Probablemente se incentive esta práctica
para deslastrarnos de los bancos privados a la hora de pagar pensiones y
ayudas sociales. Si esto no les parece conveniente, recuerden a los
malandros del Federal, el Caroní y Credicard y su papel en la
conspiración contra la soberanía nacional.
Puede abrirse una nueva capacidad de
pago internacional que no dependerá de ningún medio de intercambio, y
así saltaríamos gran parte del bloqueo que los gringos nos imponen. La
dependencia de Citi, Maestro, Cirrus, Suiche7B ni de nadie para realizar
nuestros pagos a nivel internacional podría reducirse enormemente.
Los presidentes creativos corren
muchísimos peligros, la suerte de Sankara, de Gadafi y de Chávez no será
la suerte de Maduro, como no fue la de Al Assad. Valoremos al tipo que
tenemos, quejarse porque no habla tan bonito como Chávez es una excusa
estúpida para no querer darse cuenta que estamos ante alguien que se lo
está jugando todo.
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