Por Sebastián Premici
Las áreas de inteligencia de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) y
Carabineros de Chile desplegaron un avance coordinado para perseguir a
las comunidades mapuches de ambos países y otros militantes sociales.
Las dos fuerzas produjeron información de inteligencia sin control
judicial alguno, e incluso actuaron en el caso Santiago Maldonado, con
el objetivo de vincular al joven anarquista con una inexistente
organización terrorista denominada RAM. La responsable de desplegar esta
persecución ilegal desde Argentina -una suerte de nuevo Plan Cóndor en
la región- fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, junto al
exsubsecretario de Interior de Chile, Mahmud Aleuy y la superioridad de
Carabineros.
La calificación de “nuevo Plan Cóndor” para definir
la coordinación entre la inteligencia de GNA y Carabineros no es
retórica. Los documentos elaborados y compartidos entre las fuerzas de
ambos países y el vocabulario utilizados en sus conversaciones son
claves para comprender la dimensión de esta estrategia de persecución
política avalada en Argentina por sus máximas autoridades. La ministra
Bullrich utilizó “la causa mapuche” para luego desplegar su doctrina del
miedo al conjunto de la sociedad, que incluyó nuevas atribuciones para
las fuerzas de seguridad (disparar sin previo aviso) y un renovado
permiso para que las fuerzas armadas puedan intervenir en temas de
seguridad interior.
El 14 de agosto de 2017, cuando Santiago
Maldonado llevaba desaparecido 13 días, Carabineros elaboró una minuta
sobre el caso y se la envió al comandante mayor Jorge Domínguez,
director de Inteligencia Criminal, y al comandante Rafael Antonio Benz,
jefe del Centro de Análisis de Inteligencia, ambos de GNA. Los términos
utilizados en ese documento eximen a este periodista de mayores
explicaciones.
El documento, calificado de confidencial por Carabineros, sostenía lo siguiente:
“-coordinación
entre Inteligencia de Gendarmería Argentina, con personal Unidad de
Inteligencia Operativa Especializada (Uioe Araucanía);
-mantener coordinación continua y permanente respecto al conflicto étnico mapuche;
-se
acordó un canal técnico directo para intercambio de información entre
el director de Inteligencia Criminal, comandante mayor Jorge Antonio
Domínguez, y el jefe de Operaciones de la Unidad de Inteligencia
Operativa Especializada Araucanía, mayor Patricio Marín Lazo;
-intercambio de blancos de investigaciones en común vinculados al conflicto mapuche y subversivo;
-intercambio de sujetos con órdenes pendientes en ambos países, relativos al conflicto mapuche y subversivo;
-por
parte de Inteligencia de Gendarmería Argentina, estos concurrieron a
nuestro país a solicitar asesoría sobre la violencia rural, conflicto
mapuche y subversivo, para utilizar nuestra experiencia como herramienta
en el tratamiento étnico de su país de forma permanente en el tiempo”.
Nuevamente
la palabra subversivo circula entre los integrantes de las fuerzas de
seguridad de Chile y Argentina para designar “blancos”, es decir,
objetivos de persecución. La calificación de “nuevo Plan Cóndor” no es
retórica.
“Lo que observamos con esta operación llevada a cabo en
Argentina y Chile, y lo hemos visto con la detención de Facundo Jones
Huala, es que existe una coordinación entre las fuerzas con
consecuencias graves. No tenemos cómo controlar la inteligencia que se
desarrolla entre ambos Estados”, afirmó la abogada chilena Karina
Riquelme, querellante en la causa contra Carabineros.
Espionaje ilegal
Un
lenguaje típico de los agentes de inteligencia de fuerzas armadas -como
Carabineros y GNA- es hablar de “blancos” a la hora de mencionar un
objetivo. Así fue como denominaron a Santiago Maldonado en ambos lados
de la cordillera. El joven anarquista que desapareció y murió como
consecuencia de una represión ilegal de la GNA fue considerado un
“blanco”. ¿Con qué objetivo? Probablemente, vincularlo a RAM.
La
hipótesis del gobierno nacional fue en todo momento que Maldonado no
había estado dentro de la Pu Lof en Resistencia Cushamen el 1º de agosto
de 2017. Incluso, el responsable del área de Violencia Institucional
del Ministerio de Seguridad, Daniel Barberis, le manifestó a José
Schulman, titular de la Liga por los Derechos del Hombre, que Santiago
Maldonado era “un importante guerrillero que se había ido a Chile”. La
dirigente de Cambiemos Elisa Carrió también sostuvo hasta el final que
el joven se había escapado al país trasandino. Fue todo un montaje.
En
el transcurso de esa operación, Bullrich ordenó que se interviniera el
teléfono chileno de Santiago Maldonado, como también el móvil de su
hermano, Germán Maldonado. Los responsables de ejecutar esa intervención
fueron el comandante mayor Jorge Domínguez, director de Inteligencia
Criminal, y el comandante Rafael Antonio Benz, jefe del Centro de
Análisis de Inteligencia, ambos de GNA, junto al jefe de la inteligencia
de Carabineros, Patricio Marín Lazo, actualmente preso por haber
fraguado pruebas contra comuneros mapuches en el marco de lo que se
conoció como “Operación Huracán”.
“Mi comandante, hola, cómo está.
Se autorizó el tema nuestro, así que en cualquier momento empieza a
reportar el celular de Maldonado, imei y todo”.
Este mensaje
corresponde al 25 de agosto de 2017 y fue enviado por Marín Lazo al
comandante Benz. ¿Intervinieron el teléfono de Santiago y Germán
Maldonado desde Chile? ¿De qué manera? ¿Autorizados por quién?
La
persona que lo hizo fue el exempleado civil de Carabineros Alex Smith,
creador de un software llamado Antorcha, capaz de intervenir teléfonos
celulares de manera remota, sobre todo para captar (e implantar)
mensajes de distintos sistemas de mensajería. Hoy está acusado de haber
fraguado pruebas contra mapuches, al igual que sus empleadores chilenos.
Al especialista en informática le consultaron qué otras investigaciones
había realizado para Carabineros. “En la búsqueda del cuerpo de
Santiago Maldonado, en apoyo a Gendarmería Argentina. Esa es una de las
que recuerdo”, respondió Smith durante una audiencia de la Comisión
Especial Investigadora de “Operación Huracán” realizada el 4 de junio de
2018 en la Cámara de Diputados de Chile
Para el 14 de setiembre
de 2017, la intervención de los teléfonos a la familia Maldonado estaba
en marcha. Al día siguiente, Benz vuelve a comunicarse con su par de
Carabineros: “Buen día amigo. ¿Será posible que me envíes el número de
expediente u oficio judicial por el cual se solicita ante la empresa de
telefonía los datos del celular que habría usado Maldonado?”.
Carabineros
intervino el teléfono de Maldonado amparado en una causa judicial
-mantenida en estado de secreto- conocida como “Operación Andes” e
instruida por el fiscal chileno Sergio Moya, quien intentó vincular un
supuesto tráfico de armas entre Argentina y Chile; esta operación está
bajo investigación penal porque se descubrió que Carabineros también
había fraguado pruebas al “implantar” mensajes con el software Antorcha.
“Hola,
Patricio. Hablé con mi jefe y le expliqué la situación, que es muy
delicado que ustedes nos pasen los datos aportados por la empresa con la
referencia de expediente u oficio de la corte. Que solamente pasarán
una hoja con datos del celular sin que se registre el pedido formal. Lo
único importante son los datos del titular, cruces telefónicos y
mensajes, como información netamente de inteligencia”.
Para evitar
cualquier interferencia en la transmisión de esa información, Benz le
aclaró a Marín Lazo que lo mejor era tratar todo de manera extraoficial y
viajó a Temuco con la orden de Bullrich de no regresar hasta tener todo
lo vinculado a Santiago Maldonado. Con el correr de los días, la
ministra de Seguridad fue impacientándose.
“¿Tenemos alguna
novedad de la compañía? Tengo órdenes de quedarme hasta que tenga el
listado”, le avisaba Benz al ahora detenido Marín Lazo. “Hola, amigo.
¿Tenés alguna novedad de la telefónica? Me están presionando mucho.
Gracias”, escribió el 25 de setiembre desde Temuco.
Por su parte,
Carabineros enviaba a sus agentes a la empresa en cuestión para apurar
las cosas. “Buen día, amigo. Me están preguntando de Buenos Aires si ya
contestó la compañía. En estos momentos está reunida la ministra con el
director general de Gendarmería. Y está preguntando sobre el tema. Por
eso te molesto, amigo”, insistía el 29 de setiembre. Ese mismo día, en
Buenos Aires, Bullrich mantuvo una reunión con el exsubsecretario de
Interior de Chile, Mahmud Aleuy.
Hasta el momento, la coordinación
conjunta entre GNA y Carabineros para desarrollar tareas de
inteligencia conjunta se remonta a enero de 2017; así surge de las miles
de páginas y documentos comprendidos en la causa judicial en la que se
investiga el rol de la policía militar chilena para perseguir a los
comuneros mapuches y en su intento de instalar un inexistente tráfico de
armas con Argentina (“Operación Andes”), en connivencia con el
Ministerio de Seguridad de Argentina. En ese derrotero, en ambos lados
de la cordillera volvió a utilizarse la palabra “subversivos” para
definir a militantes mapuches, políticos y sociales.
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